Miguel Puche Laborda, notable
abogado lorquino (1860-1940), era el propietario de una gran finca sita en la diputación lorquina de Purias.
Esta finca, llamada después del "General", y en aquella época "La
casa colorá" está situada a pocos kilómetros de la antigua
carretera general entre Lorca y Águilas, cerca de las estribaciones de la
sierra.
La finca tenía una gran extensión de terreno de secano y se realizaban en ella cultivos variados.
Tenía -aún quedan
ruinas de ella- una amplia casa de
campo con dos
plantas así como un pequeño
edificio anexo usado como
corral y
palomar.
En el paramento de la
fachada posterior del palomar -la que comunicaba con el
patio de la
vivienda-, hay varias inscripciones, que ahora tienen ya más de 100 años. Fueron grabadas al tiempo que los albañiles decoraban el resto de la
fachadas.
Este anexo se acabó de construir o de reformar en 1903. Estos grabados los realizó su única hija, cuando tenía unos 14 años, siendo también ella quien dibujó sobre la pared su nombre "Amor, Amor", así como los demás dibujos, que todavía hoy se pueden ver, ya que este edificio anexo se conserva en buen estado.
Otra
familia importante es la compuesta por Sánchez Carrasco, de cuyo matrimonío tuvieron 2 hijas: María y Julia.
María sigue viviendo en Purias mientras Julia, conoció a un grqan empresario murciano y su fué a vivir a la capital regional.