Por qué la derecha persiste en el perverso “error“ de atribuir a Santiago Carrillo las matanzas de paracuellos en las que murieron entre 800 y 1200 personas según historiadores extranjeros como Ian Payne o Paul Preston.
1. Situémonos en el contexto histórico y coyuntural de los tres primeros meses de contienda (en los dos bandos) en los que cualquiera que era considerado enemigo era fusilado casi de inmediato.
2. Los fusilado provenían de la cárcel modelo de Moncloa, que por su proximidad al frente de Ciudad Universitaria fue demolido en posteriores combates. Se trataba de personalidades significativas del mundo empresarial, político, judicial, notarios, médicos, profesores de universidad, etc, vinculados a la derecha que no tuvieron tiempo de escapar a zona nacional o no contaron con que nadie los escondiese.
3. Cuando estos hechos se produjeron Santiago Carrillo ocupaba puestos de responsabilidad en la secretaría del PCE, pero no ocupaba la responsabilidades de seguridad interior. Existía un vacío en los que grupos de milicias asumían el control y practicaban sus paseíllos.
4. Precisamente tras los sucesos de Paracuellos Santiago Carrillo fue nombrado secretario de seguridad, e instauro los tribunales populares, que aunque podían condenar a muerte y de hecho condenaban, al menos existían un formalismo y un procedimiento judicial.
5. Tras esos primero tres meses, los paseillos por ambos bandos fueron remitiendo, aunque bien es cierto que las tropas nacionales según iban conquistando terreno siguieron con la represión y el aniquilamiento físico de cualquiera que hubiera tenido vínculos con el poder o las ideas republicanas.
6. La República, en sintonía con las quejas emitidas por Gran Bretaña y Francia ante tales atentados a los derechos humanos, principales valedores políticos que no logísticos, acabó con las matanzas indiscriminadas, y sólo al final de la guerra, cuando huía hacia Francia, volvió a fusilar indiscriminadamente a los prisioneros que tenían en su poder.
7. En el campo de batalla según y cómo fueran las circunstancias podían o no hacerse prisioneros. Cuando las rendiciones eran pactadas en ocasiones se respetaba temporalmente la vida de los capturados pero en otras no. También se produjeron algunos canjes de prisioneros notables en Francia.
8. En términos cuantitativos la represión franquista fue infinitamente superior a la republicana, pues se siguió practicando hasta la década de los 50 con la maquinaria de un estado puesta a disposición del aniquilamiento, siendo frecuentes no sólo fusilamientos o garrote vil, sino muertes por palizas, mala alimentación e insalubridad en los campos de trabajo de los que por cierto se aprovecharon algunas empresas cercanas al régimen, pero ese es otro tema.
Ni firmo.
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