BARCELONA: De miensayo:"La España critica.... una Iberia posible"dedico...

De miensayo:"La España critica.... una Iberia posible"dedico un epigrafe al nacional-separatismo. En mi condicion de historiador y con la objetividad posible he tratado de enjuiciar este fenomeno y sin agraviar a nadie, les aporto parte de mis ideas porque por la extension del articulo solo reproduzco parte de él.
En España, vascos y catalanes, desarrollaron el siglo XIX, fuerte movimientos nacionalistas, basados en un despertar cultural que oscilaban desde un autonomismo y descentralización autonómica y administrativa basada en móviles económicos, como el caso del nacionalismo catalán de Prat de la Riba, y posteriormente, Cambó, a planteamientos racistas y plenamente independentistas de Sabino Arana y un sector del nacionalismo vasco, basados en el carlismo, ideario político trasnochado y anclado a las viejas estructuras sociales, del antiguo régimen feudal.
España es la tierra menos uniforme de Europa, donde se asientan un conjunto de grupos humanos, asturianos, gallegos, andaluces, murcianos, cántabros, riojanos, navarros, castellanos, vascos, aragoneses, levantinos, catalanes, extremeños, Baleares y canarios, todos, con culturas diferentes, pero han concertado su voluntad en una empresa superior, que es España, aportando a ella su peculiar personalidad, para enriquecerla, con un destino superior.
Los factores que se utilizan, los idearios del nacionalismo español excluyente, (catalán, vasco y gallego), son razones históricas, en referencia a la unos supuestos derechos históricos a que hace referencia la Constitución de 1978 y que ningún historiador, objetivamente, es capaz de testimoniar su evidencia.
Cataluña, no pasó en toda su historia, de ser un simple Condado, siendo Alfonso II, rey de Aragón (1162-1190), hijo de Petronila de Aragón y del Conde, Ramón Berenguer IV de Cataluña, quien unió Aragón y Cataluña.
Otros territorios, que a través de su conquista, se unirán a la Corona de Aragón como, Valencia y Mallorca que tenían la entidad de Reinos, y posteriormente, la Corona de Aragón, la constituyen los reinos de Valencia y de Mallorca y el condado de Cataluña.
Al contrario, Castilla que nació como un simple condado, dependiente del reino de León, después fue independiente y se constituyó como Reino, absorbió al reino de León y después, fue un reino ibérico de mayor grandeza, integrando Galicia, Asturias, La Rioja, Cantabria, Extremadura, Andalucía, Murcia e Islas Canarias completando su magna obra con el Descubrimiento y Colonización de América.
Cataluña, dentro del concierto regional iberico, ha tenido el merito, como otras regiones, de desarrollar su propia cultura que es independiente de otras comunidades, del reino de Aragón, cómo Valencia e Islas Baleares.
A veces ocurre la paradoja, que Cataluña, se apropia injustamente y no a inversa, de personajes relevantes de las letras y en las artes, integrándolos en su cultura, cuando por origen y derecho, corresponden a otras culturas diferentes, tal son los ejemplos de “la Virgen del Consellers” del valenciano, Lluis Dalmau, y otro, como otros muchos, la genial figura del mallorquín, Ramon Llull, y una de sus obras, “Blanquerna” a la que consideran de su propio patrimonio.
Aunque, la Constitución española, considera lenguas autóctonas, al catalán y al valenciano, desgraciadamente no ha sido calificada asi, el mallorquín, por simples razones politicas, y no filológicas, para evitar el resentimiento de estos nacionalismos excluyentes, que tanto alteran la solidaridad y el buen entendimiento del resto de los españoles.
Creo que algún dia, las generaciones venideras, con un juicio histórico sereno objetivo y universal, consideraran que el ser humano, sea cualquiera el lugar de su nacimiento, tiene la misma dignidad y derechos humanos, como ciudadano del mundo y es portador del mensaje de “igualdad, fraternidad y libertad” para todos los ciudadanos del mundo.
Asi pues, los únicos derechos históricos que pueden ser reivindicados por Cataluña, es su pertenencia como condado a un reino, que es Aragón, con una personalidad histórica que se unió al reino de Castilla, para ambos, fundar posteriormente, España.
Las provincias Vascongadas, romanizadas primero y luego, bajo dominio visigodo, habían sido anteriormente pueblos primitivos y paganos y luego cristianizados a los que los árabes, llamarán “gascones”.
Unos y otros, quedaron bajo el dominio musulmán, porque los jefes los visigodos de estos pueblos, o regiones lindantes, renegaron de su fe cristiana y abrazaron la islámica.
Desde la romanización, el territorio de los vascones, lo formaban la actual Navarra y el que ocupaban las tierras occidentales de vardulos, caristios y autrigones, que nunca formaron una entidad común, sino que dieron origen a las tres provincias vascongadas medievales, Guipúzcoa, Alava, y Vizcaya, cada una de ellas, con instituciones propias, al igual que Navarra pero siempre separadas entre sí, que encontraron una convergencia, brevemente, en el reinado de Sancho Garcés III, El Mayor de Navarra, que se tituló, Hispaniorum Rex o Rey de España..
Sancho El mayor de Navarra, conquista Alava en año 1001 y se proclama rey de Alava, incorpora las dos provincias, Guipúzcoa y Vizcaya.
Alava posteriormente en 107, alcanza su independencia y se orienta su relación con Castilla, aunque después vuelve a Navarra, hasta que Alfonso VIII, rey de Castilla, asedia Vitoria y logra incorporarla a su reino, con otras partes del territorio de Alava.
Es en 1332, cuando la mayor parte del territorio, bajo la Cofradía de Arriaga, gobernada por los señores y el obispo de Calahorra, se entregó a la jurisdicción del rey de Castilla, D. Alfonso XI y dos años más tarde, el Señorío de Ayala, se incorporó voluntariamente también.
Guipúzcoa, con el sistema de pacto, se incorpora al reino de Castilla, con el rey Alfonso VIII, y con el compromiso de Castilla, de protegerlos contra los deseos anexionistas del reino de Navarra.
El pacto guipuzcoano, con la Corona de Castilla, era el reconocimiento de la soberanía y la autoridad regia castellana y por parte del rey, el reconocimiento y la preservación de sus Fueros, “las leyes viejas de acuerdo con la tradición”.
Vizcaya, se configura como Señorío, a mediados del siglo XI, primeramente sometido al reino de Asturias y después al de Navarra.
Como las otras tres provincias Vascongadas, el Señorío de Vizcaya, se incorporó a Navarra, con Sancho III El Mayor de Navarra, y después en 1076, se inclina a Castilla bajo Alfonso VI.
El Señorío de Vizcaya se incorporó a la Corona de Castilla, de forma más tardía y diferente a las otras provincias Alava y Guipúzcoa.
Primeramente, el rey Alfonso VIII de Castilla, entrega a López de Haro, el Señorío de Vizcaya y después el condado del Duranguesado, que había pertenecido a Navarra y después Valmaseda se integra en Vizcaya, en el siglo XIV.
Con el matrimonio, de Enrique II de Trastamara, con Juana Manuel, Señora de Vizcaya y de la familia, López de Haro, su legítimo heredero, el futuro rey, Juan I de Castilla, tendrá los derechos sucesorios del Señorío de Vizcaya.
Si analizamos estos hechos, los derechos históricos, que reclaman las provincias Vascongadas, están integrados, dentro del reino de Castilla, único reino, con antecedentes históricos, sobradamente reconocidos y que se uniría posteriormente, a Aragón para la fundación de España.
Galicia, siempre integrada como territorio anejo, al reino de Asturias y después al reino de León y Castilla, se constituyó como reino independiente, en la herencia de Fernando I, primer rey de Castilla, legando este territorio a su hijo García, al que desposeyó, inmediatamente su hermano Sancho II.
A partir de entonces, Galicia, estuvo permanentemente integrada, en el reino de Castilla.
En el tiempo, de Alfonso II, el Casto, rey de Asturias (757-792), se descubrió en Galicia, en un lugar llamado, campus stellae, o Compostela, el supuesto sepulcro del apóstol Santiago.
El rey, edificó un templo, con sede episcopal y surgió una ciudad, con este nombre.
Este hecho fue importantísimo, puesto que la ciudad, fue el centro de todas las peregrinaciones cristianas europeas, y se establecieron en Europa, una serie de rutas o caminos, donde toda la Cristiandad, se desplazaba por las rutas jacobeas, destino a España.
Estas razones, justifican, que Galicia fuese un centro espiritual de referencia para Cristiandad, pero como territorio siempre ha estado integrado, en el reino de Castilla, únicos reino o Estado junto con Aragón, Navarra y Granada, todos ellos, con personalidad histórica de Estados y cuyos blasones, están insertos en el Escudo Constitucional de España.
El nacionalismo español, (catalán, vasco y gallego), es excluyente, por su falta de entendimiento con otras fuerzas políticas, que no entienden ni apoyan, su idea independentista.
Otro de los factores, que utilizan estos nacionalismos españoles, como reconocimiento de su ideología, es la lengua.
Esta tesis, es totalmente una aberración, porque en el marco geopolítico donde estamos encuadrados, dos Estados, Francia y Suiza, una centralista y la otra federalista, ambos, con múltiples lenguas, son los países de Europa, con mayor conciencia nacional.
Fdo: Julio Reyes Rubio "Al-Mayriti"