CORTARSE EL HIPO
Voy a poneros algo de lírica griega y castellana en un juego de espejos, a ver qué os parece. El primero es de la poetisa Safo de Lesbos (S VII a. d. C.), el segundo es un romance anónimo viejo, la ermita de San Simón, inundada de amor de pronto: un instante eterno de turbación.
I
En cuanto te veo mi voz se entrecorta,
la lengua se me traba,
un tenue fuego me recorre por debajo de la piel,
nada veo con los ojos, los oídos me zumban,
el sudor me inunda,
el temblor se apodera ... (ver texto completo)
Voy a poneros algo de lírica griega y castellana en un juego de espejos, a ver qué os parece. El primero es de la poetisa Safo de Lesbos (S VII a. d. C.), el segundo es un romance anónimo viejo, la ermita de San Simón, inundada de amor de pronto: un instante eterno de turbación.
I
En cuanto te veo mi voz se entrecorta,
la lengua se me traba,
un tenue fuego me recorre por debajo de la piel,
nada veo con los ojos, los oídos me zumban,
el sudor me inunda,
el temblor se apodera ... (ver texto completo)