Después de los últimos acontecimientos acaecidos en nuestro bienamado
pueblo, recuerdo las palabras de mi tío abuelo Eufrasio: Nunca le des la razón a un lentejero, ni uses gallina vieja en un puchero.
Nunca entendí muy bien a que se refería el viejo, porque estaba como una chota el tío, especialmente desde que en un
San Pelayo le gastaron una broma y le subieron con una grúa a la
Torre, allí estuvo 4 días y le dió el sol en la cabeza demasiado y a partir de entonces sólo hablaba con refranes inventados.
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