LUZ: 5 Cts/kWh 3.0 TD

SORIA: España produce diariamente 6.000 toneladas de excrementos,...

Fluidos corporales
Somos un auténtico contenedor cargado de agua, líquidos, fluidos y sustancias viscosas que cumplen infinidad de cometidos fisiológicos. Lágrimas, mocos, sudor, orina, excrementos, pus, sangre... La lista puede hacerse interminable. Decenas de miles de litros de estas sustancias, algu­nas más desagradables que otras, son manejadas por el organismo de un individuo. Los expertos han calculado, por ejemplo, que una persona produce a lo largo de su vida 76.650 dedales de lágrimas, 60 bañeras de sudor, 27.000 litros de saliva y un camión de cuatro toneladas de caca. Pero hay más.

MOCOS
Cada 20 minutos, la nariz segrega un líquido pegajo­so que la mantiene húmeda y limpia. Un ejército de cilios, especie de escobillas microscópicas, baten hacia arriba, a un ritmo de mil golpes por minuto, con el fin de crear una corriente de mucosidad que arrastra las partículas de hollín, polvo, polen, alquitrán del tabaco y otros cuer­pos extraños inhalados. Esta mucosidad alcanza la garganta y puede ser eliminada simplemente tragándola, pues los jugos digestivos se encar­garán de destruir los mocos.
Los mocos verdes o amarillos pue­den indicar la existencia de una infección bacteriana.
Los cilios mueven el moco a una velocidad media de 6 milímetros por minuto.

LÁGRIMAS
Producidas en las glándulas lacrimales, que están si­tuadas cerca del ángulo externo del ojo, las lágrimas son un líquido salino que continuamente baña la super­ficie ocular, para mantenerla húmeda. Además, contie­nen anticuerpos -sustancias del sistema inmunológico-­ que ayudan a proteger al ojo de las infecciones. Estas glándulas llorosas producen a diario una cantidad de lá­grimas suficiente para rellenar 3 dedales de costura, o sea, más o menos 1 centilitro.
Un niño con trastornos del sueño puede estar lloran­do de forma continuada durante 12 horas y sólo parar para tomar aire.

Las mujeres son cuatro veces mas lloronas que hombres, porque producen mayor cantidad de una hormona conocida como prolactina, según los expertos.

SUDOR
Cada ser humano cuenta en su piel con unos tres millones de glándulas sudoríparas, una especie de chimeneas microscópicas que son capaces de segregar: entre 0,7 y 12 litros de agua al día. Existen dos tipos de glándulas del sudor: las ecrinas, que permiten refrigerar el cuerpo y las apocrinas, que nos confieren el olor personal, según los endocrinólogos.

Las únicas partes del organismo que no sudan son los labios, el glande, el tímpano y el lecho de las uñas.
Un hombre exuda 18.000 litros durante to­da su vida y una mujer 20.000, el equivalente a 60 bañeras.

Obturación fatal. La sudamina es una erupción cutánea que se produce cuando el sudor queda retenido, debido a la obstrucción de los finos conductos que conducen el líquido exudado a la superficie de la piel. Las áreas más frecuentemente afectadas son el tronco y los muslos.

Las células olfativas del mosquito Anopheles, que causa la malaria, son capaces de detectar cantidades casi despreciables de ácidos grasos volátiles que manan del sudor de la piel humana, según un equipo de biólogos de la Universidad de Gronigen, en los Países Bajos.

SALIVA
Encargada de favorecer la masticación, gustación y deglución de los alimentos, la saliva es vertida en la ca­vidad bucal desde tres pares de glándulas, situadas tres a cada lado de la boca.
El 27 de agosto de 1994, Horst Ortmann escupió una semilla de cereza a 28,98 metros de distancia, en Lan­genthal, Alemania.
Por término medio, la secreción diaria de saliva es de un litro, lo que significa que el ser humano produce du­rante su vida una media de 27.000 litros de este líquido.
Los besos, al aumentar la se­creción de saliva, ayudan a re­ducir las caries y prevenir la pla­ca dental, según los odontólogos.

Las glándulas salivales pueden proyectar sali­va a 170 kilómetros por hora.

ORINA
Si siguiéramos el ritmo urinario de las ranas, orina­ríamos 35 litros de pipí al día, pero como no somos unos batracios, miccionamos entre 400 y 2.500 mililitros al día. Según los urólogos, invertimos unos dos mi­nutos al día en esta operación, lo que significa que durante la vida nos pasamos el equivalente a 42 días orinando.

La orina es fabricada en los riñones. Tan grande co­mo una patata de 150 gramos, cada riñón está atravesado por casi 1 millón de vasos sanguíneos y 80 kilómetros de tubos y pequeños conductos destinados a la elaboración del líquido amarillo.

La máxima cantidad de pipí que se puede miccionar de una sola vez son 3 litros, que es la capacidad de la vejiga. No obstante, las ganas de orinar hacen acto de presencia cuando la vejiga ha almacenado medio litro de orina.
Hace falta una media de 30 segun­dos para completar cada micción.
A lo largo de la vida, el hombre evacua 39.000 litros de orina.
Barcelona pro­duce diariamente unos 2 millones de litros de pipí.

Inundación amarilla. Los españoles generan 60 millo­nes de litros de orina cada día. Este vo­lumen de líquido bastaría para cubrir la superficie de Madrid con una pelí­cula de 1 mm. En tres meses, el pipí legaría a las rodillas de los madrileños.

Historias vara hacer aguas
Azúcar devorador. El médico griego Areteo de Capa­docia dijo que la diabetes era una enfermedad en la que la carne se fundía para convertirse en orina.

Tratamiento anticaries. En el siglo XVIII, el odontó­logo francés Pierre Fauchard recomendaba a sus pa­cientes que se enjuagaran la boca con su propia orina, para de este modo prevenir las caries.

Pipí con carácter. En la Edad Media, los galenos exa­minaban el pis para conocer la personalidad de sus clien­tes: "Si la orina es roja y ligera, la persona es apasiona­da, seca y colérica; en ella predomina la bilis, cae con facilidad en la ira y en la ictericia. Si la orina es blanca y espesa, es de naturaleza fría y flemático; en ella falta linaje acuoso y gusta de estar sola".

¡Adiós hemorragias y fiebres! Un remedio del siglo XVI contra las hemorragias nasales consistía en frotarse la nariz con un paño empapado con orina de asno. Para calmar la fiebre, se recomendaba beber la orina de un león durante tres días.

CACA
Por término me­dio, una persona vi­sita el baño una vez al día para defecar aproximadamente 150 gramos de ex­crementos, lo que re­presenta 4,5 kilos al mes y 54 kilos al año. Las cantidades va­rían ligeramente en­tre sexos. Durante su existencia, el hombre produce casi 4 toneladas de caca, y la mujer 300 kilos más.
Normalmente, las heces contienen entre un 60 y un 90 por 100 de agua. Si el contenido acuoso supera es­tos márgenes, aparece la diarrea.

Las Ciudades con más cacas
Buenos Aires 2.280 toneladas al día
Calcuta 1.600 toneladas “
Nueva York 1.300 toneladas “
Londres 1.020 toneladas “
Madrid 530.000 kilos “
Sevilla 140.000 kilos “
Barcelona 83.000 kilos “
La Coruña 58.000 kilos “
(Nota mía: no tengo ni idea de cómo las han pesado… y no me cuadra que Barcelona que tiene casi la misma población que Madrid cague seis veces menos… seguro que el autor de esa información, procedente de “Muy interesante” y 1999, era catalán).

España produce diariamente 6.000 toneladas de excrementos, casi el peso de 1.500 elefantes. Al año, la cantidad de caca ascien­de a 2.190.000.000 kilos.
El astronauta Buzz Aldrin fue el primer hombre que defecó en la Luna.

El 65 por 100 de los españoles tiene la costumbre de defecar a primera hora de la mañana.

Estreñimiento
El estreñimiento es el trastorno digestivo más común en la población española. El número de mujeres afec­tadas por esta patología sextuplica al de hombres.
El récord mundial de estreñimiento lo tiene un hombre que estuvo 368 días sin ir al servicio. Cuando por fin logró evacuar, eliminó 36 litros de heces de una sentada.

LÍQUIDO MENSTRUAL
La menarquia o primera regla aparece hacia los 12­-13 años; a partir de ese, la mujer pasa menstruando 72 días al año. A lo largo de la vida fértil, que desaparece hacia los 52 años, sufre la regla durante 2.800 días.
En cada menstruación se pierden de 50 a 100 gramos de sangre.
Durante su vida fértil, la mujer deja escapar un total de 28 litros de sangre.
El líquido menstrual, que proviene de la pared inter­na del útero, está compuesto por tres cuartas partes de sangre y también de mucosidades segregadas por las glán­dulas del útero, de fragmentos de mucosa necrosada y de células vaginales descarnadas en el resto.

A las mujeres esquimales se les interrumpe la regla durante el invierno y reaparece en la época estival.
Cuando una mujer tiene anemia intensa u otras enfermedades, es frecuente que la regla se interrumpa por unos meses, hasta su recuperación.

Mitos en toda regla
No siempre la menstruación ha sido considerada un acontecimiento fisiológico. En épocas pasadas, era ta­chada de sucia y, a veces, de endiablada. Éstos son al­gunos mitos relacionados con la regla:
Durante la Edad Media, la mujer judía, después de la menstruación, era obligada a tomar un baño ritual pa­ra poder reanudar la vida sexual con su cónyuge.
En la Alemania del siglo XVIII, la sangre menstrual de las mujeres se añadía como afrodisíaco en comidas y bebidas.
Antiguamente, se creía que si una mujer con la regla:
- mataba un cerdo, la sangre no servía para hacer embutidos.
- subía a un árbol, lo secaba.
- sacaba el vino del tonel, se echaba a perder.
- hacía un pastel, no subía la masa.
- hacía mayonesa, ésta se cortaba.

SANGRE
Un individuo que pesa unos 75 kilos tiene unos 6 li­tros de sangre, que discurre por una especie de autopista viscosa que comunica todas las células que integran nuestro cuerpo. En éste, la diferencia de flujo sanguíneo es enorme. Por ejemplo, los músculos precisan de 15 a 20 veces más sangre al realizar un ejercicio, y el aporte sanguíneo a la piel aumenta hasta 12 veces cuando tene­mos calor. El mismo cerebro necesita el triple de sangre cuando está activo que cuando está en reposo.
Este fluido de color rojo está formado en un 55 por 100 por un líquido amarillo llamado plasma. El otro 45 por 100 son glóbulos rojos, blancos y plaquetas. Estos ele­mentos sanguíneos son reempla­zados a un ritmo frenético de 3 millones por segundo.
Galeno sostenía que la gene­ración de la sangre tenía lugar en el hígado.

El fluido vital circula por los vasos sanguíneos a una velocidad media de 2 kilómetros por hora.

El plasma
Sustancia líquida de color amarilla que se compone en un 90 por 100 de agua y de proteínas, sales minera­les y azúcares. Su función principal consiste en trans­portar las células sanguíneas.

Los glóbulos rojos
Estas células, también conocidas como eritrocitos, transportan el oxígeno a todas las partes del cuerpo y, de paso, eliminan el dióxido de carbono. Para realizar es­ta función con la máxima eficacia, se han despojado del núcleo y otros elementos internos.
En cada milímetro de sangre hay unos 5 millones de glóbulos rojos. Si todos los eritrocitos del cuerpo, que tienen un espesor y una longitud de 0,002 y 0,0007 milímetros, respectivamen­te, los dispusiéramos unos sobre otros, levantaríamos una torre de 50.000 ki­lómetros de altura y formaríamos una línea suficientemente larga como pa­ra dar 4 vueltas a la Tierra (175.000 kilómetros). Es más, si los extendiéramos sobre una su­perficie plana, aparecería una alfombra roja de 3.800 m2.
Cada segundo, la médula ósea genera de 2 a 3 mi­llones de glóbulos rojos. La misma cantidad muere en ese tiempo: la vida media de un eritrocito es de 120 a 130 días. Ahora bien, durante su corta existencia esta célula anucleada habrá realizado más de 40.000 viajes por las venas y las arterias.
En los capilares, los glóbulos rojos avanzan en fila india.
En la sangre de un adulto patrullan constantemente mas de 25.000.000.000.000 de glóbulos rojos.

Glóbulos blancos
Por cada mil eritrocitos de nuestra sangre hay uno o dos glóbulos blancos o leucocitos, que suman de 6.000 a 9.000 por milímetros cúbicos de fluido vital. Así pues, constantemente circulan por nuestro cuerpo alrededor de 35.000 millones de leucocitos, es decir, el equivalente a la distancia entre Madrid y Barcelona, si los dispusiéramos uno detrás de otro.
La función de los glóbulos blancos no es otra que la de defendemos contra agentes infecciosos, como bacterias y virus, además de otras partículas extrañas. Algunos de ellos pueden abandonar el torrente sanguíneo y desplazarse por los tejidos con la ayuda de unos falsos pies, llamados seudópodos.
Los científicos acaban de des­cubrir que un tipo de glóbulos blancos denominados polinuclea­res producen microscópicas gotas de hipoclorito, es de­cir, lejía, para eliminar a los agentes infecciosos.

EL pus está formado por glóbulos blancos que han muerto durante el combate, contra las infecciones.

Las plaquetas
Incoloras, ovales o de forma irregular, las plaquetas son en realidad pequeñas bolsas de productos químicos que juegan un papel trascendental en la coagulación de la sangre y en el taponamiento de roturas de los vasos sanguíneos. Se encuentran en un número de 200.000 a 300.000 por milímetro cúbico de sangre.

Las hemorragias
El organismo tarda entre 3 y 8 minutos en detener una pequeña hemorragia.
Riesgos por cantidad de sangre perdida: hasta 0,6 litros ninguno, de 1,8-2 litros peligro y de 3 o más litros mortal.

Desde la época de los romanos, los médicos han usa­do las sanguijuelas para extraer sangre sin dolor. En 1837, un hospital londinense usó 96.000 de estos gusa­nos anélidos para tratar a 50.557 pacientes y, en 1820, las reservas de sanguijuelas se agotaron en Inglaterra, por lo que tuvieron que ser importadas.
El grupo sanguíneo más común es el O, que lo posee el 46 por 100 de la población mundial. Le sigue el grupo A, que aparece en el 39,2 por ciento.

¡Qué gran transfusión!
WalTen Jyrich, un hemofílico de 50 años, precisó 2.400 unidades de sangre, lo que equivale a 1.080 litros, durante una operación cardiaca que le fue practicada en 1997 en el Hospital de Michael Reese, en Chicago (Illinois, EE UU).


5 Cts/kWh para tarifa 3.0 TD, otras tarifas consultar.
Llama al 654 409 325, ofertas especiales para Pueblos de España