Nuestro cuerpo, si sabemos escucharlo, nos dice muchas cosas. Es cierto que no siempre sabe uno hacerlo, sobre todo en la niñez y juventud; incluso hay quien se hace viejo y no le hace caso. La verdad es que nos evitaremos muchos disgustos si aprendemos a dialogar con él. Todos recordamos cuando hemos hecho cosas que nos perjudicaban, a la hora de beber con los amigos o de comer cuando ya no debíamos hacerlo. No digamos nada con los vicios de fumar, etc. O cuando sentimos frío y dejamos de abrigarnos. ... (ver texto completo)