Es uno de lo primeros
conventos que la orden franciscana fundó en la zona, construido sobre un tramo de la
muralla del siglo XIII, nada queda de ella ni de la
iglesia a la que estaba adosado, en cambio si es posible admirar su
claustro cuadrangular de doble piso con
arcos de medio punto en el inferior y escarzanos en el superior, entre los que se aprecian gran variedad de
escudos.