HERRERA DE PISUERGA: AQUELLOS VENDEDORES AMBULANTES....

AQUELLOS VENDEDORES AMBULANTES.
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En vista de la sequía de colaboraciones en el Foro, me ha venido a la memoria, la imagen de aquellos vendedores
ambulantes que, visitaban los pueblos cuando éramos chavales. Recuerdo a uno muy conocido, el vendedor de Fajas.
Pregonaba su mercancía a viva voz, diciendo:"Alforjas, fajas. Fajero, fajas". Había otro que vendía Miel, y anunciaba
a grandes voces:"El mielero buena miel. Miel de la Alcarria". Y había otro, un tanto curioso. Iba por las casas, ven-
siendo Hayucos; creo que era de la zona de Cervera. Después tenemos a los traperos.Éstos recogían trapos viejos y
cambio daban platos y cosas por el estilo. Y no puedo olvidar a los famoso Quincalleros, que arreglaban sartenes,
cazuelas y paraguas.
A llovido mucho desde entonces, pero los que peinamos canas, lo recordamos.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
¡Qué bueno, Ángel! ¡Qué bien nos recuperas la memoria! Me ha encantado recordar las voces con que se anunciaban. Fueron una auténtica magia, que nos grabó para siempre objetos, lugares, productos.. Algunos nombres, parecía que se habían borrado en la memoria, como hayucos, pero algo quedó muy grabado, de tal forma que las hayas siempre tienen en mi mente algo de encanto y misterio.
Con el mielero aprendimos muy bien que la Alcarria tenía muy buena miel y cuando tuvimos que memorizar las comarcas de España, costaba menos que otras localizarla en su provincia, Guadalajara. Y lo de "alforjas, fajas, Fajero, fajas" genial, divertido; ¡cómo no recordar aquellas anchas y largas tiras tejidas de ¿lana?, envolventes contra el frío que llevaban los varones adultos! He visto a algunos jóvenes de ahora echarlas de menos en alguna ola de frío.
¡Y el valor de los trapos viejos que servían para adquirir "platos nuevos"!. Que llegara un quincallero a tiempo cuando había un paragüas roto, o había que restañar sartenes y cazuelas, tenía su comodidad, especialmente en los pueblos pequeños de la comarca, pues en Herrera había algunos establecimientos que los arreglaban.
Pasaron los años, llegaron los tiempos nuevos del alto consumo y de usar y tirar y ¡qué difícil encontrar quien arreglase paragüas! En Segovia me ocurrió..., hasta que me enteré de un señor que los arreglaba en su casa: era todo un espectáculo ver el impresionante montón de paragüas acumulados en una habitación y lo bueno, además, es que los arreglaba muy bien y no tardaba.
Sí, peinamos canas teñidas o lucidas, disfrutamos recordando, procuramos estar al día, nos gusta lo de reciclar, reutilizar y reducir. Ya no es moderno derrochar a lo tonto y tirar por la borda todo lo llamado "viejo".
Un abrazo, Ángel, y a partir de ahora toca comentar el feliz día del II Encuentro de Foreros. ... (ver texto completo)
Da gusto leer lo que nos relatas en el foro y recordar aquellos recuerdos de nuestra niñez, casi olvidados hasta que alguien los vuelve a contar, estás en lo cierto primo Angel y ¡cómo gusta volver a los recuerdos de niñez!, por lo menos para mí. Aparte de todo lo que has detallado, recuerdo de niño, cuando se les metía en las casas a los pobres para darles un plato de comida, gran corazón que todos nuestros antepasado, muy distintos tiempos a los que hoy nos tocan vivir. Un abrazo.