Hace ya muchos años, en la década de los cincuenta, y quizá antes y después, se acostumbraba en Herrera y
posiblemente en otros pueblos, respigar. Esto es, ir a las tierras donde ya se había segado y acarreado, a
recoger las espigas que habían quedado por el suelo. Se madrugaba bastante para evitar el calor. Era una
labor que normalmente, lo realizaba las mujeres. Provistas de un saco, entraban en las tierras donde ya no
había "morenas" y cogían todas las espigas que podían, y regresar a casa con su pequeña "cosecha" para
las gallinas. No faltaban las respigadoras "listas" que entraban en tierras donde no habían acarreado y
directamente de la "morena" llenaban el saco. Terminaban antes y cogían más. ¡Qué listas!
Capítulo aparte, también se iba al campo a recoger comida para los conejos: Cardillos tiernos, amapolas y
todo lo que consideraban bueno para sus "bichos". Decían -voy a por "cogido" para los conejos.
posiblemente en otros pueblos, respigar. Esto es, ir a las tierras donde ya se había segado y acarreado, a
recoger las espigas que habían quedado por el suelo. Se madrugaba bastante para evitar el calor. Era una
labor que normalmente, lo realizaba las mujeres. Provistas de un saco, entraban en las tierras donde ya no
había "morenas" y cogían todas las espigas que podían, y regresar a casa con su pequeña "cosecha" para
las gallinas. No faltaban las respigadoras "listas" que entraban en tierras donde no habían acarreado y
directamente de la "morena" llenaban el saco. Terminaban antes y cogían más. ¡Qué listas!
Capítulo aparte, también se iba al campo a recoger comida para los conejos: Cardillos tiernos, amapolas y
todo lo que consideraban bueno para sus "bichos". Decían -voy a por "cogido" para los conejos.
