Realmente, es irónico... no tienen ni para zapatillas pero, están brindando con champagne. ¡Hurra por ellos!
No se si os acordáis que a la hora de la merienda, el pan mojado con vino y azúcar estaba riquísimo....
Yo era adicta a la Quina... Y eso que comentas, Gigantea, de las galletas mojadas, era la bienvenida que nos daban en los pueblos cuando íbamos con mi abuelo a repartir el pan (con un carro y la mula). Mi abuela regañaba a mi abuelo porque decía que luego no teníamos ganas de comer... ... (ver texto completo)
No se si os acordáis que a la hora de la merienda, el pan mojado con vino y azúcar estaba riquísimo....
Yo era adicta a la Quina... Y eso que comentas, Gigantea, de las galletas mojadas, era la bienvenida que nos daban en los pueblos cuando íbamos con mi abuelo a repartir el pan (con un carro y la mula). Mi abuela regañaba a mi abuelo porque decía que luego no teníamos ganas de comer... ... (ver texto completo)
Lydia, cuando has hablado del pan con vino y azúcar me he ido a la cocina y me he preparado una rebanadita para experimentar aquél sabor y, casi, casi, ha sido como entonces, ¡buenísimo!. Pero recordarás también que teníamos una gama más amplia para combinar con el pan: aceite y azucar ¡delicioso!, y lo que para mi paladar era una auténtica sinfonía: aquella blanquísima manteca (con jerejitos) untada sobre el pan y aderezada, cómo no, con azúcar.