HERRERA DE PISUERGA: Lydia, cuando has hablado del pan con vino y azúcar...

¡Qué foto más simpática y expresiva! Y totalmente novedosa, (así que tú también tenías una, Ana). Nada más verla me ha dado un vuelco el corazón al reconoer a mi tío Macario, no le conocía a esa edad. Luego me he ido deteniendo en cada uno de los personajes y disfrutando de cada sonrisa y de cada gesto. Menuda celebración, está claro que ganaron. Muchísimas gracias, Lydia
Como recordaréis en esa época tampoco había problemas, ni incovenientes en que los chiguitos probáramos el alcohol. Los cumpleaños los celebrábamos con unas galletas mojadas en una copita de vino dulce (¿se llamaba mistela?). ¿Y qué me decís del vino de misa o de la quina Sta. Catalina que es medicina y es golosina?

Realmente, es irónico... no tienen ni para zapatillas pero, están brindando con champagne. ¡Hurra por ellos!
No se si os acordáis que a la hora de la merienda, el pan mojado con vino y azúcar estaba riquísimo....
Yo era adicta a la Quina... Y eso que comentas, Gigantea, de las galletas mojadas, era la bienvenida que nos daban en los pueblos cuando íbamos con mi abuelo a repartir el pan (con un carro y la mula). Mi abuela regañaba a mi abuelo porque decía que luego no teníamos ganas de comer... yo creo que regresábamos un poco piripís....

Lydia, cuando has hablado del pan con vino y azúcar me he ido a la cocina y me he preparado una rebanadita para experimentar aquél sabor y, casi, casi, ha sido como entonces, ¡buenísimo!. Pero recordarás también que teníamos una gama más amplia para combinar con el pan: aceite y azucar ¡delicioso!, y lo que para mi paladar era una auténtica sinfonía: aquella blanquísima manteca (con jerejitos) untada sobre el pan y aderezada, cómo no, con azúcar.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
uy, los jerejitos. Mi tía Angelines los hizo un día para que no nos olvidáramos del sabor........
Gigantea, acabo de desayunar y ya tengo hambre............
Un saludo hambriento.