Mi esposo no es creyente, le costó aceptar mi perseverancia. Nuestros hijos si lo son, con mayor o menor fervor, van a misa, viven la coherencia entre fe y vida. Aquí se ha recordado con mucho respeto al ex presidente, era un hombre apreciado, en los tiempos de su gobierno nosotros vivíamos la dictadura militar. Fue un ejemplo de dignidad y civismo. Nelba
Mis hijos eran todos creyentes, pero al juntarse con parejas, ya no van a misa, y yo lo siento mucho ¡pero la vida es asi! la cosa ser buenas personas, un besin