Su
origen hay que buscarlo en el campamento que la "Legio VII Galbania" edificó en este mismo lugar en el
siglo I d.C. Por otra parte, se relaciona con la
ciudad a los
reyes visigodos Leovigildo y Vitiza, el segundo de los cuales la fortificó.
Antigua capital del
reino astur-
leonés e
histórico enclave del
Camino de Santiago, conserva un rico legado
monumental. Fue musulmana y, una vez ganada por los cristianos,
Ordoño II fijó en ella la capitalidad en el s. X, época en que empezó a cobrar esplendor. Tras ser arrasada por Almanzor,
Alfonso V la repobló con mozárabes.
A partir del traslado de los
restos de
San Isidoro de
Sevilla a la ciudad, rescatados del Al-Andalus por
Fernando I en 1063, se convirtió en la ciudad más influyente de la
España cristiana, hasta que en el s. XIV comenzó a sufrir un paulatino declive. A esta decadencia, que duró hasta bien entrado el s. XIX, contribuyeron pestes, la
pérdida de la influencia de la Mesta, el movimiento de los Comuneros (1520), y las guerras napoleónicas (1808) y carlistas (1833)
La riqueza minera de la provincia propició durante el siglo pasado la industrialización de la zona, donde creció una fuerte burguesía y se desarrolló un proletariado con gran peso, que protagonizó las revueltas de la Revolución de
Asturias en 1934. Hoy,
León es una tranquila ciudad de provincias, trazada a la medida y comodidad de sus habitantes y perfectamente comunicada, con una industria alimentaria, metalúrgica y de la
construcción importantes.
La ciudad ha sido hito importante desde hace muchos siglos en el trayecto jacobeo, actualmente, permite recorrerlo casi por las mismas
calles y por el mismo itinerario que siguieran aquellos antepasados encaminados hacia la tumba del Apóstol