Una triste noticia nos despierta hoy en Hermosilla. Otra puerta más que se cierra.
Hoy no ha dejado Tomasa Cueva. La vecina que nos recibía a la entrada del pueblo, dándole vida.
Han sido muchos años de esfuerzo, dedicación y de apego a la tierra que le vio nacer.
Que en paz descanse.
Nuestro pésame y un fuerte abrazo a su hijo, hija y familia.
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Cierto que ya nos quedan pocas personas que fueron
amigas, madres, o acogedoras vecinas.
Ellos se fueron antes, abriendo
camino y
cruz.
Ellas, el género débil, ahí están erguidas o encogidas resistiendo truenos y
tormentas físicas y emocionales llegando casi a los 100 años.
Una grata despedida a Tomasa, que tras mucho bregar por estas áridas tierras, miró al
cielo para descansar.
