LA
historia de
lebeña va ligada a la de su
iglesia.
Santa María de Lebeña es sin duda la joya arquitectónica del municipio y una de las más representativas del
arte mozárabe en
España. La iglesia se encuentra situada en una pequeña elevación del terreno, entre
viñedos, prados y tierras de labor, separada del núcleo principal del
pueblo de Lebeña y cercana al
río Deva.
Se desconoce la fecha exacta de la construcción de la iglesia; no obstante, existen en el Cartulario de
Santo Toribio dos documentos fechados en el año 925; uno considerado apócrifo y otro donde los condes Alfonso y Justa donan a Santa María de Lebeña lo que poseen en dicha villa en heredades, ropas y utensilios de iglesia. Existe una leyenda según la cual el conde Alfonso, con un
ejército de cincuenta hombres, quiso llevar a la
ermita de
San Román y por la fuerza las reliquias depositadas en el
monasterio de San Martín, posteriormente denominado de Santo Toribio y ocurrió que al abrir la cripta quedaron ciegos. Al recuperarla la
vista, arrepentido, el conde Alfonso mandó construir la
iglesia de Santa María y la donó al monasterio de San Martín.
El
edificio de la iglesia de Santa María de Lebeña se compone de tres naves; la central, más ancha y de una
mayor elevación que las laterales, excepto en pies y cabecera. Las naves se encuentran cubiertas con
bóvedas de cañón, independientes entre sí y separadas por pilares compuestos de un núcleo rectangular al cual están adosadas las
columnas que sirven de apoyo a fustes cilíndricos, que llevan
capiteles de tipo corintio, con decoración vegetal y una especie de collar
circular con figura de soga tallada helicoidalmente. Sobre los capiteles descansan cimacios en forma de
tronco de pirámide invertida, sobre los cuales se apoyan los
arcos de herradura, característicos de esta construcción y que se encuentran en todo el conjunto de la iglesia, excepto en el
arco triunfal, que es de medio punto peraltado, y en las
capillas laterales de la cabecera que son de medio punto sin peralte.
El frontal del
altar mayor está ocupado por una losa de gran
tamaño que formaba parte del
antiguo suelo y que apareció al realizarse obras en el
interior de la iglesia, en el año 1971. A ser levantada la losa dejó a la vista unas interesantes tallas cuya representación más destacada es un símbolo solar en movimiento. Pudiera tratarse de un
antigua estela celta.
El
retablo principal de la iglesia se construyó en el año 1731 y es de estilo barroco. En la parte superior se puede contemplar un
Calvario del siglo XVIII; en el centro, un
Cristo crucificado; a la derecha, San Juan y a la izquierda, la
Virgen. La cúspide del retablo es rematada por la cabeza de un ángel. La
hornacina central del retablo estaba ocupada por la Virgen de Santa María o de la Buena Leche, talla del siglo XV y una de las más bellas imágenes del
gótico de
Cantabria. La talla fue robada el 4 de noviembre de 1993, además de una Purísima. Ambas imágenes han sido reemplazadas por reproducciones realizadas por el sacerdote
lebaniego Benito Velarde.
En el cuerpo inferior del retablo se contempla un Sagrario, con Cristo resucitado, y las figuras de San Pedro y San Pablo.
Hay otro retablo construido en 1584 en la
capilla lateral derecha y que en su hornacina central tiene una
imagen con corona de la Virgen del Rosario, del siglo XVIII. Finalmente, en la capilla que se encuentra a la izquierda de la
entrada principal al templo, hay otro retablo del XVII con imágenes de San Roque y de Santa Cecilia, del siglo XVII. Hay a la entrada de la iglesia una benditera muy antigua sobre base cuadrada y fuste, de difícil datación cronológica.
La actual
puerta de acceso se sitúa en la
fachada sur o de mediodía y fue abierta en el año 1794, según se puede leer en el frontispicio de la puerta. La obra se hizo para suplir la antigua puerta del muro oeste, muy azotada por los temporales.
Los muros exteriores son de mampostería, a excepción de los esquinales, que están tallados sobre grandes
piedras. En dichos muros existen estrechas
ventanas abocinadas en su interior, que permiten entrar la luz en el templo. Los
aleros, que es otra de las partes que caracterizan el estilo de la
iglesia de Lebeña, están compuestos de una serie de losetas sobre
canecillos labrados en sus caras laterales con
elementos decorativos. En el recinto exterior, y separada de la iglesia, se construyó una
torre en el año 1896. También podemos contemplar un magnífico
ejemplar de tejo, catalogado como
árbol singular, y un
olivo.