Ayuntamiento:
Enmedio.
-Colegiata de San Pedro. Declarada Bien de Interés Cultural en 1895. De estilo románico (1129).
CERVATOS: l. en la prov. de Santander, part. jud. de Reinosa, dióc., aud. terr. y c. g. de Burgos, ayunt. de Enmedio: SIT. en la carretera que conduce desde Reinosa a Aguilar de Campoo. Tiene unas 35 CASAS, y una igl. parr. (San Pedro), servida por 2 canónigos los mas ant. de la misma, encargados de la cura de almas del pueblo y sus 2 barrios de Quintanilla y Sopeña, y un tesorero dignidad de ídem con cargo de pagar y poner sacristán, cera y oblación: todos 3 son de presentación real y ordinaria: el edificio es de ruin aspecto, de mezquinas formas y de toscos y desencajados sillares; sin embargo esta igl. es la colegiata que por su antigüedad y por su originalidad de algunas de sus partes, merece toda la atención, todo el examen del hombre curioso y observador: entre estas sorprende particularmente una de las ventanas abierta en el segundo trozo del edificio, que es de forma circular, y en la cual, sobre columnas de donde arranca el arco de medio punto, se ven 2 figuras de hembra y varón patentizando los signos de su respectivo sexo. Los canecillos o rodillones del alero de este edificio, los forman en todo su círculo extravagantes y caprichosas figuras, algunas de ellas de la especie humana en el acto de la reproducción, si bien violenta e incompletamente representadas, cabezas de animales cuadrúpedos al parecer, y otras rarezas. La puerta principal de la colegiata es de forma circular, con alguna labor en el centro a manera de crestería, y 3 columnitas a cada lado, de cuyos capiteles arrancan otros tantos arcos ajunquillados: todo el trabajo de este edificio es, a nuestro entender, de poco mérito, de piedra tosca y sin pulimento, no obstante el deterioro que el transcurso de los siglos haya podido causar en él. Diversas son las opiniones que acerca de su antigüedad se han emitido, aunque todas a nuestro entender, destituidas de fundamento: algunos han pretendido pertenece al tiempo de los fenicios; otros al de los templarios: los primeros tal vez hayan querido formular su pensamiento apoyados en la analogía que han creído hallar entre las impúdicas esculturas de Cervatos y los emblemas usados por las naciones de oriente en los tiempos en que se vieron entregadas a las impurezas más escandalosas. Sabido es que bajo el emblema del Dios de la luz adoraban los pueblos de aquellos países al principio de la vida y a los órganos consagrados a reproducirla: entre los fenicios se veía personificado el placer bajo el nombre de Adonis; este era el sol, así como Venus ó Astarté, su amante, era la tierra abriendo su seno a la primavera, para hacer brotar todos los gérmenes que este astro multiplica, basta examinar el templo de Cervatos para comprender que ni sus formas, ni la exposición de sus obscenidades, pueden corresponder a aquella época. Menos razón llevan todavía en nuestro sentir, los que han juzgado pudo pertenecerá los templarios: ni aun por conjetura sería admisible semejante opinión. No hay memoria alguna que acredite la existencia de conv. de templarios en los lim. de esta prov. ni en sus cercanías; y por otra parte, la historia ha hecho justicia a los caballeros de aquella orden, declarándoles inocentes de las impurezas y feos delitos con que sus acusadores mancharon su memoria; impurezas y delitos que sería preciso reconocer para admitir la idea de que fuesen obra suya las obscenidades de Cervatos. El templo de Cervatos a juicio nuestro no es anterior al siglo XI, y corresponde al género llamado romántico-secundario que comenzó con aquel siglo. El carácter de la arquitectura que entonces empezó a dominar y duró hasta el siglo siguiente, se distingue por sus puertas circulares muy adornadas de dibujos a la greca, trenzados, estrellas, etc. Las columnas son cilindros llenos o semi-columnas reunidas entre sí y aplicadas a los pilares: fustes de igual espesor, capiteles adornados de palmas, molduras, trenzadas, grifos, grotescos, obscenidades: nada de nichos, pináculos ni estatuas, y únicamente torrecillas. Ahora bien: si en los templos cristianos nos ofrece la historia del arte rasgos característicos de aquella época, ¿por qué habremos de buscar un origen fabuloso o gentílico para el de Cervatos? Si figuras obscenas adornaban algunos de esos monumentos cristianos ¿por qué no hemos de contar entre su número a la colegiata de que tratamos? ¿Será porque el atrevimiento del artista se excedió en sus caprichos aún más allá de lo que en aquella época fuera tolerable? Pero aun en este caso ¿el abuso podrá destruir el principio? La extravagancia llevada a su colmo ¿podría hacer desaparecer la verdad dé los ejemplos testificados de que naciera? Todavía en los tiempos más modernos se ven arranques de esas licencias artísticas. La cated. de Burgos, ese monumento grandioso del cristianismo, admirado de nacionales y extranjeros, presenta más de un ejemplo de los caprichos dé los artistas. Citaremos como prueba las esculturas dé la gloría y del infierno que se advierten en el exterior de aquella cated., en las que se ven figuras caprichosas que tal vez representaban personajes de la época, pues debe tenerse presente que los florentinos Bernardo y Andrés Orcagna, pintores, arquitectos y escultores a la vez, que vivieron en el siglo XIV, dieron el ejemplo, imitado después tan frecuentemente, de gratificar a sus amigos, colocándolos en el paraíso, así como se vengaban de sus enemigos metiéndoles entre los condenados. Como quiera que sea, lo que está fuera de duda es, que al espirar el siglo XII existía ya el templo de Cervatos, según lo testifica la inscripción que en letra ant. se lee en la parte exterior del mismo edificio contigua a la puerta principal, y dice así: