TURON (Asturias)

mimosa
Foto enviada por gaviota

A Juan Jacobo Varela Caparina, en la Facultad de Letras, lo apodaban Mariposa (no sabemos si por el significado de su segundo apellido o por su afan de vuelo).
Acabo de descubrir a este personaje, en una novela de Fulgencio Arguelles, ' El palacio azul de los ingenieros belgas', por cierto magnifica novela. ¿Se sabe algo más de la vida de este personaje?
Juan Damasceno andaba solo, sumergido en un angustioso silencio, como un castaño centenario de cavernas infinitas a quien han despojado de todo el verdor de sus ramas. Llego a machacarse los dedos de un pie, delante del capataz Avelino Llameral (en lo que nadie dudo en interpretar como un fortuito accidente), para no tener que subir cada mañana hasta la mina. Se entrego entonces a la extraña tarea de construirles un gallinero a las cuatro gallinas que deambulaban sin hogar por el huerto y alli se ... (ver texto completo)
Juan Damasceno Corralon Antayo se fue haciendo hermetico. Dejo de afeitarse. Su mirada se torno extraviada y escurridiza. Lo envolviendo una densa nube de total indiferencia por todo lo que no fuera el gallinero o los paños humedos de Clara. Parecia estar entregado al inedulible cumplimiento de alguna misteriosa ultima voluntad.
Una mañana se cruzo en las escaleras con Amelia Chanzaina. Esta lo sujeto por el brazo y le dijo que el celebro se le estaba llenando de telarañas. El, sin atreverse a mirarla, ... (ver texto completo)
Seguia multiplicandose anarquicamente la fronda de ligustros y helechos, el ejercito de ortigas y cambroneras y los batallones perennes de encantos, sobre las innumeras capas de hojarasca putrefacta, mientras el reuma conturbaba la orientacion de los cuerpos, que se arrastraban por las cuestas pedregosas en busca de la atalaya resolana de las fuentes.
Los humildes colirrojos tizones abarrotaban los alfeizares en busca de los restos de borona. Los altivos colirrojos reales, sin embargo, surcaban ... (ver texto completo)
Juan Damasceno andaba solo, sumergido en un angustioso silencio, como un castaño centenario de cavernas infinitas a quien han despojado de todo el verdor de sus ramas. Llego a machacarse los dedos de un pie, delante del capataz Avelino Llameral (en lo que nadie dudo en interpretar como un fortuito accidente), para no tener que subir cada mañana hasta la mina. Se entrego entonces a la extraña tarea de construirles un gallinero a las cuatro gallinas que deambulaban sin hogar por el huerto y alli se ... (ver texto completo)
Praxedes y Rufo se sentaban por las noches frente a la ventana del callejon a repasar fatigas y enhebrar presentimientos. Desde que don Jacinto, el medico, les habia advertido que lo de Clara podia acabar en lo peor, los dos padecian un insomnio desolador que algunas noches les hacia velar sus inquietudes hasta el amanecer.
Praxedes Moro, por debajo de los parpados, fue criando unas ojeras lividas y abohetadas, los huesos de la cara se le hicieron mas evidentes y andaba todo el dia ensimismada por ... (ver texto completo)
Seguia multiplicandose anarquicamente la fronda de ligustros y helechos, el ejercito de ortigas y cambroneras y los batallones perennes de encantos, sobre las innumeras capas de hojarasca putrefacta, mientras el reuma conturbaba la orientacion de los cuerpos, que se arrastraban por las cuestas pedregosas en busca de la atalaya resolana de las fuentes.
Los humildes colirrojos tizones abarrotaban los alfeizares en busca de los restos de borona. Los altivos colirrojos reales, sin embargo, surcaban ... (ver texto completo)
En el taller de Remedios se hacian calados, entredoses, filetones, recamos, escamadas, estofos y lomillos y, a veces, hasta chocolate con churros o suspiros de limon. Por alli andaban Digna Emerita y su hermana Remedios, las tres Odaliscas, Aida y Soledad, Felicitas Varela y las castellanas Lucia Pascual y Zenaida Cordero.
A Remedios Guisasola, ciertamente, le quedaba lejos el jardin ambarino donde su padre inventaba sofismas sobre la humanidad de las rosas, pero no pasaba una tarde sin que recordara ... (ver texto completo)
Praxedes y Rufo se sentaban por las noches frente a la ventana del callejon a repasar fatigas y enhebrar presentimientos. Desde que don Jacinto, el medico, les habia advertido que lo de Clara podia acabar en lo peor, los dos padecian un insomnio desolador que algunas noches les hacia velar sus inquietudes hasta el amanecer.
Praxedes Moro, por debajo de los parpados, fue criando unas ojeras lividas y abohetadas, los huesos de la cara se le hicieron mas evidentes y andaba todo el dia ensimismada por ... (ver texto completo)
En el taller de Remedios se hacian calados, entredoses, filetones, recamos, escamadas, estofos y lomillos y, a veces, hasta chocolate con churros o suspiros de limon. Por alli andaban Digna Emerita y su hermana Remedios, las tres Odaliscas, Aida y Soledad, Felicitas Varela y las castellanas Lucia Pascual y Zenaida Cordero.
A Remedios Guisasola, ciertamente, le quedaba lejos el jardin ambarino donde su padre inventaba sofismas sobre la humanidad de las rosas, pero no pasaba una tarde sin que recordara ... (ver texto completo)
Vaya, vaya un libertario por estos foros, especie rara, en vías de extinción. Me gusta lo que escribes.
Un feliz Año Jose Mel y un fuerte abrazoooooooooooooooooooo
Alvarina Odalisca tenia los gestos afilados, un cierto arrebol permanente en las mejillas y el inconfundible olor de los espigones de maiz en el cuerpo.
Eliseo Fernandez Barrial, el pacato mellizo de la afable Maria Gloria, se hizo novio de Alvarina Odalisca. Fue una forma de salir del tedio, el macanismo util para burlar por un tiempo la rueda de la desidia (el milagro del amor que rompe con el monotono concierto del tiempo y la eterna letania del hastio).

De mi pecho surgen gritos de alegria
y ... (ver texto completo)
En el taller de Remedios se hacian calados, entredoses, filetones, recamos, escamadas, estofos y lomillos y, a veces, hasta chocolate con churros o suspiros de limon. Por alli andaban Digna Emerita y su hermana Remedios, las tres Odaliscas, Aida y Soledad, Felicitas Varela y las castellanas Lucia Pascual y Zenaida Cordero.
A Remedios Guisasola, ciertamente, le quedaba lejos el jardin ambarino donde su padre inventaba sofismas sobre la humanidad de las rosas, pero no pasaba una tarde sin que recordara ... (ver texto completo)
Placida Iglesias siguio transmitiendole a Julia Odalisca los deseos de perdon de su padre (el reprobo Fidel, madreñero ilustre), pero esta no atendia a razones y continuaba afirmando que ella se pasaba los asuntos de los muertos por lo mas blando de su noble horcajadura.
En cuanto Julita Odalisca supo que el espectro de su padre andaba por alli dando que hablar y que la gente sostenia que, por el bien de la parroquia, no deberia de contrariarse la voluntad de los muertos, reunio a todos sus hijos ... (ver texto completo)
Alvarina Odalisca tenia los gestos afilados, un cierto arrebol permanente en las mejillas y el inconfundible olor de los espigones de maiz en el cuerpo.
Eliseo Fernandez Barrial, el pacato mellizo de la afable Maria Gloria, se hizo novio de Alvarina Odalisca. Fue una forma de salir del tedio, el macanismo util para burlar por un tiempo la rueda de la desidia (el milagro del amor que rompe con el monotono concierto del tiempo y la eterna letania del hastio).

De mi pecho surgen gritos de alegria
y de mi alma rafagas de luz.

Eliseo Fernandez sabia de epanadiplosis, concatenaciones y retruencanos (que el lenguaje sufre de muchas y muy raras enfermedades).
El poeta Eloiseo lo mismo hacia versos saficos que quintillas, lo mismo le escribia un romance a la santa Menedora como llenaba papeles con endechas, espineles y silvas dedicadas a la memoria mitologica del bosque o a la impotencia de los recuerdos. Pero lo que mas hinchaba la complacencia literaria de Eliseo era discurrir sonetos para su adorable Alvarina.
El mellizo Eliseo debia su habilidad, en gran parte, a las enseñanzas del maestro Conrado Varela, que descubrio muy pronto las inclinaciones liricas del mellizo.
El maestro Conrado Varela le habia regalado a Eliseo un manual de Literatura Preceptiva, y Practica Comparada para que siguiera cultivando el arte de la poesia.
En casa del maestro Conrado Varela tambien los dias y las noches se iban deslizando, como en un arroyo de palida luz, sin dejar mas rastro que el cansancio de los huesos.
En aquellas aromaticas noches del verano lluvioso, con la Escuela cerrada y el torpor de la inactividad abotargando los cuerpos, Remedios Guisasola y Conrado Varela se sentian envejecer por momentos. Quedaban muy lejos aquellas azafranadas tardes de otoño, en el jardin ambarino de la casa del bienquisto profesos Nicario Guisasola, con el sabor de los azules vientos marinos en las palabras, cuando el joven maestro, con su traje de lino, cortejaba a la ruborosa Remedios, que bordaba interminables manteles de panama sin levantar la mirada mas que para ahuyentar, de vez en cuando, los malos pensamientos. Y tambien quedaba lejos, muy lejos, aquellas sesiones en el cinematografo Fandiño, a donde se acercaban a ver La mascara de los dientes blancos o Los misterios de Nueva York.
Conrado Varela iba matando algo el tiempo con las sesiones que dirigia, en el recien creado Ateneo Minero, sobre aritmetica y geografia.
Remedios Guisasola enseñaba, por las tardes, las tecnicas del bordado y la pasamaneria a las jovenes del pueblo. ... (ver texto completo)
Y los dias iban pasando sobre Peñafonte al mismo ritmo invariable que lo habian hecho siempre. El tedio de cada dia arrastraba tras de si la impostura de cada noche y asi se iba hilvanando sobre los hogares encogidos la letania del tiempo.
El viento flagelaba los arroyos y la lluvia iba gastando irremisiblemente la tierra.
Las gentes guardaban las penas cerca de los contentos, la profusa resignacion al lado de la exigua violencia (que la humedad hace a los hombres mansos de corazon) y la pasion ... (ver texto completo)
Placida Iglesias siguio transmitiendole a Julia Odalisca los deseos de perdon de su padre (el reprobo Fidel, madreñero ilustre), pero esta no atendia a razones y continuaba afirmando que ella se pasaba los asuntos de los muertos por lo mas blando de su noble horcajadura.
En cuanto Julita Odalisca supo que el espectro de su padre andaba por alli dando que hablar y que la gente sostenia que, por el bien de la parroquia, no deberia de contrariarse la voluntad de los muertos, reunio a todos sus hijos ... (ver texto completo)
-Escucha, hombre melancolico, no malgastes tu tiempo en mendigar explicaciones para tus desconciertos. La Tierra se mueve a gran velocidad y es normal que los hombres andeis por ella siempre trastabillantes. A los arboles se les caen las hojas y a vosotros se os desperdigan los pensamientos.
-No intentes, hombre de mirada inmovil, recomponer tus recuerdos, pues estan demasiado adulterados por la angustia, retorcidos en una historia incompleta, inacabados como los sueños.
-No te empeñes en ver ni ... (ver texto completo)
Y los dias iban pasando sobre Peñafonte al mismo ritmo invariable que lo habian hecho siempre. El tedio de cada dia arrastraba tras de si la impostura de cada noche y asi se iba hilvanando sobre los hogares encogidos la letania del tiempo.
El viento flagelaba los arroyos y la lluvia iba gastando irremisiblemente la tierra.
Las gentes guardaban las penas cerca de los contentos, la profusa resignacion al lado de la exigua violencia (que la humedad hace a los hombres mansos de corazon) y la pasion ... (ver texto completo)
Se besaron con melancolia, degustando la dicha de estar cerca, evitando el suspiro, mezclando en la humedad de los labios lo real y lo imposible. Las leyes de este mundo se resquebrajaban, una y otra vez, sin ningun efecto aparente, lo mismo se parte la roca mas dura que se desgarra el corazon mas potente, ayer sesteaba en el patio el balanceo de lo imposible y hoy se intercambia el calor real de los cuerpos, y mañana seguira lloviendo sobre la tierra sin que se sepa muy bien el porque, quiza para ... (ver texto completo)
-Escucha, hombre melancolico, no malgastes tu tiempo en mendigar explicaciones para tus desconciertos. La Tierra se mueve a gran velocidad y es normal que los hombres andeis por ella siempre trastabillantes. A los arboles se les caen las hojas y a vosotros se os desperdigan los pensamientos.
-No intentes, hombre de mirada inmovil, recomponer tus recuerdos, pues estan demasiado adulterados por la angustia, retorcidos en una historia incompleta, inacabados como los sueños.
-No te empeñes en ver ni ... (ver texto completo)
A la viuda Dulce Nombre de Maria le estaba latiendo el corazon con mucha celeridad y con no demasiada misericordia haciendola olvidar el desatino de ciertas intenciones.
-Perdoname Dulce, por pensar solo en mi.
-Hace un momento yo pensaba en ti, sentada en la mecedora de mimbre. Quiza mi alma, si ha de penar algun dia, lo haga sobre esa mecedora de mimbre.
Ella tambien estaba sola, pero comprendia que su soledad no era la misma que la de Juan. Ella poseia mas capacidad para disfrutar al maximo ... (ver texto completo)
Se besaron con melancolia, degustando la dicha de estar cerca, evitando el suspiro, mezclando en la humedad de los labios lo real y lo imposible. Las leyes de este mundo se resquebrajaban, una y otra vez, sin ningun efecto aparente, lo mismo se parte la roca mas dura que se desgarra el corazon mas potente, ayer sesteaba en el patio el balanceo de lo imposible y hoy se intercambia el calor real de los cuerpos, y mañana seguira lloviendo sobre la tierra sin que se sepa muy bien el porque, quiza para ... (ver texto completo)
Saludos yocayu
Hola tocayu, me alegro de verte por aqui, se te ve muy poco, el otru dia entraste, te dije hola y hasta hoy no apareciste, ala hasta cuando quieras.
- ¿Y ahora? ¿Llevo algo escrito en la frente?
Aquella pregunta a Juan le sonaba a desafio. Se fue hacia la ventana. Estaba empezando a llover. El tonto Alarico corria, apurado, detras de una vaca, camino de la fuente. Comenzaba a revivir el rojo-y-negro de los tejados. Brillaba al fondo el maiz. Penso que las palabras deberian ser libres y ligeras y no zambullirse para siempre en el tremedal de la memoria. Se volvio.
- ¡Venga, dime que lees en mi frente!
-No se, tal vez desencanto.
A Amelia le ... (ver texto completo)
Saludos yocayu