mimosa, TURON

(Marzo de 2010)
Acabo de descubrir a este personaje, en una novela de Fulgencio Arguelles, ' El palacio azul de los ingenieros belgas', por cierto magnifica novela. ¿Se sabe algo más de la vida de este personaje?
Juan Damasceno Corralon Antayo se fue haciendo hermetico. Dejo de afeitarse. Su mirada se torno extraviada y escurridiza. Lo envolviendo una densa nube de total indiferencia por todo lo que no fuera el gallinero o los paños humedos de Clara. Parecia estar entregado al inedulible cumplimiento de alguna misteriosa ultima voluntad.
Una mañana se cruzo en las escaleras con Amelia Chanzaina. Esta lo sujeto por el brazo y le dijo que el celebro se le estaba llenando de telarañas. El, sin atreverse a mirarla,...
Juan Damasceno andaba solo, sumergido en un angustioso silencio, como un castaño centenario de cavernas infinitas a quien han despojado de todo el verdor de sus ramas. Llego a machacarse los dedos de un pie, delante del capataz Avelino Llameral (en lo que nadie dudo en interpretar como un fortuito accidente), para no tener que subir cada mañana hasta la mina. Se entrego entonces a la extraña tarea de construirles un gallinero a las cuatro gallinas que deambulaban sin hogar por el huerto y alli se...
Seguia multiplicandose anarquicamente la fronda de ligustros y helechos, el ejercito de ortigas y cambroneras y los batallones perennes de encantos, sobre las innumeras capas de hojarasca putrefacta, mientras el reuma conturbaba la orientacion de los cuerpos, que se arrastraban por las cuestas pedregosas en busca de la atalaya resolana de las fuentes.
Los humildes colirrojos tizones abarrotaban los alfeizares en busca de los restos de borona. Los altivos colirrojos reales, sin embargo, surcaban...
Praxedes y Rufo se sentaban por las noches frente a la ventana del callejon a repasar fatigas y enhebrar presentimientos. Desde que don Jacinto, el medico, les habia advertido que lo de Clara podia acabar en lo peor, los dos padecian un insomnio desolador que algunas noches les hacia velar sus inquietudes hasta el amanecer.
Praxedes Moro, por debajo de los parpados, fue criando unas ojeras lividas y abohetadas, los huesos de la cara se le hicieron mas evidentes y andaba todo el dia ensimismada por...