LA SOPETA, UN GRAN INVENTO.
Son pocos los colores primarios pero, mezclándolos, se ha conseguido que los secundarios alcancen infinitos matices.
En algunos pueblos todavía se celebra la fiesta de la sopeta, cantando las excelencias de esta rica merienda, que consiste en una rebanada de pan de hogaza rociada con vino y azúcar. Aquellas mezclas eran naturales; nada de conservantes, ni antioxidantes. Claro, que se corría el riesgo de que, al iniciarnos en el gustillo del vino, siguiéramos fomentándolo ... (ver texto completo)
Son pocos los colores primarios pero, mezclándolos, se ha conseguido que los secundarios alcancen infinitos matices.
En algunos pueblos todavía se celebra la fiesta de la sopeta, cantando las excelencias de esta rica merienda, que consiste en una rebanada de pan de hogaza rociada con vino y azúcar. Aquellas mezclas eran naturales; nada de conservantes, ni antioxidantes. Claro, que se corría el riesgo de que, al iniciarnos en el gustillo del vino, siguiéramos fomentándolo ... (ver texto completo)