Casi todos los
árboles tienen un cierto aire de eternidad, de perdurabilidad, no este que su permanencia es más bien efímera.
Árboles hay además que tienen un carácter sagrado.
Los
olivos son un ejemplo de lo anterior, de eterno, de perdurable, de sagrado.
A los pies del
olivar
se durmió la
Virgen María,
bajo un
manto de estrellas
que la arrullan y cobijan
Y aquella
noche serena
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