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Buenas noches Antonia felices sueños. un abrazo.
Bendecida noche Sensi, que descanses un abrazo.
Buenas noches Antonia felices sueños. un abrazo.
Buscando la verdad

Una vez un hombre que buscaba la verdad, llegó a un lugar donde ardían
innumerables velas de aceite. Las cuidaba un anciano que, ante su curiosidad respondió que ese era el lugar de la verdad absoluta.
Aquél le preguntó qué significaban sus palabras.
Cada vela refleja la vida de los individuos sobre la tierra: a medida que se consume el aceite, menos tiempo de vida les queda.
El hombre preguntó si le podía indicar cuál era la de él.
Al descubrir que su llama estaba a punto de apagarse, aprovechó un instante de descuido del anciano y cogió la vela de al lado para echar un poco de aceite en la suya. A punto de alzar la vela, su mano fue detenida por la del viejo:
¿Creí que buscaba Vd. la verdad? Y el hombre respondió, mirando, ya, con mas detenimiento:
A veces cuando se ve la verdad, siempre momentánea, resulta tan molesta aceptarla, que viene el impulso de cambiarla.
Sucede en la vida, que ante traiciones, engaños, infidelidades¦ Se se investiga para confirma algunas sospechas y al descubrirlas, sale un impulso para contrariarlas.
En este caso lo observado es tan molesto que perturba, hay un gran disturbio al descubrir estos acontecimientos.
Entonces se pone en marcha una negación, o se coge aquella parte que más beneficia, y se deja la que perjudica.
Descubrir un hecho puede ser terrible, pero¦ ¿No es mucho más doloroso convivir con la mentira? ... (ver texto completo)
Anoche entró un ladrón en casa, buscaba dinero, me levanté de la cama y nos pusimos a buscar los dos.
Dicen que lo bueno tarda y yo llevo esperando tanto tiempo que lo bueno ya no quiere venir.
La vida es una obra de arte en constante creación, ¡pinto mi mundo a mi manera!
No tengo todo calculado, ni mi vida resuelta. Solo tengo una sonrisa y espero una devuelta.
Buenos días foreros-as ¡Feliz Viernes!
Era invierno en Madrid, de esos inviernos que calan los huesos. Yo volvía del trabajo cansado, arrastrando los pies por la estación de Atocha. Entre el bullicio vi a un hombre sentado en un rincón, cubierto apenas con una manta rota. Tendría poco más de cincuenta años, pero la calle lo había envejecido. Me llamó la atención que tiritaba sin parar.
Seguí de largo. Mi cabeza murmuraba: “No puedes ayudar a todos, ya tienes bastante con lo tuyo”. Pero al dar dos pasos más recordé que en mi mochila llevaba ... (ver texto completo)
Sensi me gusta esta historia tan bonita y triste a la vez, pues no he podido evitas emocionarme porque me ha dado mucha pena, pues soi muy sensible, y me he acodado de una de las tantas veces de las que mi marido ha echo ese gesto, pues hera muy parecida a esta. no te puedes imaginar las veces que haayudado a personas que lo necesitaban y los ha traido a casa y medecia ponle que coma y preparale un colchon que pueda descansar, y le buscaba trabajo, pues hera una persona con un nivel de sensibilidad ... (ver texto completo)
Hasta mañana Sensi, que pases una feliz noche un abrazo.
Buenos días, amigas y amigos del Foro. Que cada uno saque sus conclusiones.
"Inspirándose en la ética de Kant, el filósofo John Rawls sostiene que crear leyes justas es, en teoría, una tarea sencilla.
Rawls plantea un modelo en el que el legislador debe adoptar una «posición primigenia» y cubrirse con un «manto dela imparcialidad»
En esta posición, el legislador debe dejar de lado su situación social, económica, cultural e incluso su condición física. Desde ese punto de partida, donde se ignora ... (ver texto completo)
Buenos días, amigas y amigos del Foro.

Que no suenen los clarines,
que se pleguen los capotes,
que se doble las muletas
y se enfunden los estoques
Que el sol no alumbre en el ruedo,
quede la arena desierta
que hoy hace 78 años
cuando murió Manolete. ... (ver texto completo)
Era invierno en Madrid, de esos inviernos que calan los huesos. Yo volvía del trabajo cansado, arrastrando los pies por la estación de Atocha. Entre el bullicio vi a un hombre sentado en un rincón, cubierto apenas con una manta rota. Tendría poco más de cincuenta años, pero la calle lo había envejecido. Me llamó la atención que tiritaba sin parar.
Seguí de largo. Mi cabeza murmuraba: “No puedes ayudar a todos, ya tienes bastante con lo tuyo”. Pero al dar dos pasos más recordé que en mi mochila llevaba ... (ver texto completo)
Quiero saberlo todo. Y siempre me encuentro como antes, triste como la vida y resignado como la sabiduría.
Siempre entendemos demasiado tarde a los seres que más cerca están de nosotros.
Cuando leemos demasiado deprisa o demasiado despacio, no entendemos nada.