UNA JORNADA DE SIEGA EN ZABROJA: Tierras del altiplano, esteparias, áridas y hasta yermas. Tierras con suelo abrasador, que saben a trigo y
almendro. El aire reseca la cara y pone el
pan curtido guardado en la barja de esparto, bajo la
sombra del hato del tajo. El
tren largo como el día, pasa sin dejar rastro, solo el humo tiñe por momentos un trozo de aire. En silencio, todos se preguntan ¿a dónde irán? Indiferentes, bajo ese sol achicharrador, es el rumbo a lo desconocido. Yo más consciente que
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