Uando pienso en el Caño Jorge, sobre todo en sus gentes, con su pasar tranquilo, trasparente. Explicando de buen gusto, información: ¿de dónde vienes? ¿ a dónde vas?, preguntas sin mala intención, pero llenas de significado, para una convivencia entre personas sinceras del campo. El tiempo se derrama generosamente entre los contertulios del barrio. Todo es sencillo y rico al mismo tiempo. Las conversaciones se llenan de contenido con la llegada del último. La chispa simpática, que en múltiples ocasiones, va saltando de las diferentes aportaciones, hace pasar una mañana agradable bajo la sombra tupida de los olmos y al olor a frescor, que llega del campo a recién regado. Sus temas preferidos: yo tuve una mula roma, que labraba, una oveja que los paría a pares, un almiar de paja, el bancal de... Y el haza en sabrosilla, que con ella sola, la mujer amasaba. ¡ Qué puedo decir !, si algunos, tan solo pertenecéis al recuerdo!! y el resto jubilados. A.
