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Mensajes enviados por José Mel Z..L.:

En Peñafonte apenas se leían periódicos. Por el Ateneo solian verse: El Noroeste (del reformista republicano Oliveros), El Socialista y algunos periódicos o panfletos de la zona, como La Voz de la Hulla o Los Mineros de la Hulla, Por aquellos días circulaban por el Ateneo, de mano en mano, algunos ejemplares atrasados de Solidaridad Obrera, traidos por el sobrino del maestro, Juan Jacobo Varela, quien además de ser anarquista tocaba en su violín las Sonatas de Germiniani como los propios ángeles. A veces, Rufo, cuando bajaba a La Villa, traía algún ejemplar de El Carbayón. ... (ver texto completo)
<<Más milagros del deoctor Asuero. San Sebastian: los señores Diaza Guerrero, padres del joven Antonio, están satisfechos por la notable mejoria de su hijo, que sufria de parálisis y estaba...>>
Seguía leyendo El Sol el joven Efrén Alonso.
Hubo un momento de silencio, hasta que se rompió con fuertes aplausos.
Haroldo Fernádez Paz, además de indolente, era un sindicalista activo y pertenecía desde bien joven al Sindicato Minero. No estaba de acuerdo con la actitud condescendiente de su líder, Manuel Llaneza, para con la Dictadura, pero Rufo lo había convencido para seguir en la lucha desde dentro. Haroldo era un tanto haragán y de naturaleza pastosa, pero a la hora de defender los derechos de los mineros andaba siempre el primero.
Hola Rosas, tambien para ti un abrazo y que pases una buena noche.
Oponte a los comienzos; es tarde para acudir a las medicinas, cuando el mal, merced a las largas dilaciones, se ha arraigado.

OVIDIO.
El medico que no entiende de almas no entendera de cuerpos.

JOSE NAROSKY.
No son medicos lo que nos falta: es medicina.

MONTESQUIEU.
Casi todos los hombres mueren de sus medicinas, no de sus enfermedades.

JEAN-BATISTE POQUELIN MOLIERE.
Medicos. Hombres de suerte. Sus exitos brillan al sol... Y sus errores los cubren la tierra.

JEAN-BATISTE POQUELIN MOLIERE.
Los medicos no son para eso; su mision es recetar y cobrar; el curarse o no es cuenta del enfermo.

JEAN-BATISTE POQUELIN MOLIERE.
El medico dispone, y la naturaleza obra.

RAIMUNDO LULIO.
El medico sabe por los libros y demuestra por la experiencia.

RAIMUNDO LULIO.
La medicina es, por su naturaleza, una filosofa.

RAIMUNDO LULIO.
El medico ha de señalar lo que sobra y lo que falta.

RAIMUNDO LULIO.
El medico que mas sabe
entra con menor rigor.

FELIX LOPE DE VEGA.
La medicina actual ha olvidado la salud, ¡es una medicina de enfermedad y de muerte! No es una medicina de salud y de vida.

GHISLAINE LANCTOT.
Lo peor de las medicinas es que una de ellas hace necesareas a las otras.

ELBERT HUBRARD.
Que la comida sea tu alimento y el alimento tu medicina.

HIPOCRATES.
Cuando el doctor escribe la receta nos mira una ultima vez para ver si pone una medicina de las caras o de las baratas.

RAMON GOMEZ B DE LA SERNA.
Unos han muerto por el laudano, otros por el hierro, la muerte acecha emboscada tras cada pildora.

SAMUEL GARTH.
No hay medicina que cure lo que no cura la felicidad.

GABRIEL GARCIA MARQUEZ.
Los medicos como la cerveza, mejor cuanto mas viejos.

THOMAS FULLER.
El cielo cura y el medico cobra la minuta.

BENJAMIN FRANKLIN.
Casi todos los medicos tienen sus enfermedades favoritas.

HENRY FIELDIHG.
Si nse comparara al numero de los que se recuperan gracias al medico con el que los que mueren con su ayuda, los primeros excederian a los ultimos.

HENRY FIELDING.
Hubo un momento de silencio, hasta que se rompió con fuertes aplausos.
- ¿Es que no se cuentan los mineros muertos en los últimos meses? ¿Es que eso no es asesinato? ¡Abajo la dictadura! ¡Viva la República!
Haroldo Fernandez, que escuchaba a Efrén mientras repartia las cartas, se levanto de la silla y con el puño en alto comenzó a gritar.
<<En toda España reina completa tranquilidad y la política militante ha pasado a segundo lugar, estando seguro de que el pais tiene la confianza del Gobierno actual. Es cierto que en España hay, como en todas partes, ciudadanos que se dicen republicanos, enemigos de la monarquía, pero ellos mismos saben muy bien que hay monarquías muy democráticas, como la de Inglaterra, y repúblicas que no son tales repúblicas. Hace falta haber vivide el día 13 de septiembre, aquellas horas inolvidables que precedieron ... (ver texto completo)
Todos rieron la gracia de Ceferino.
-Y predicador oficial del reino.
-Escuchad lo que dice nuestro ilustre general (también, como sabéis, marqués de Estrella y grande de España)...
El ambiente de la Posada no era precisamente monárquico. La Corte quedaba lejos de aquellos montes de arándanos, agujereados de minas y con los tuétanos gangrenados de tanta humedad.
<<El rey se va a cazar a las marismas del Guadalquivir...>>
<<Como consecuencia del luto que viste la Corte por el fallecimiento de la reina doña Maria Cristina, se suspende la celebración del cumpleaños del rey...>>
Los mellizos Roberto Belarmino y Eliseo (los de la hoja de higuera en el centro de la frente), Ceferino García Collado (el patiestevado hijo de la partera), Adrián Odalisco y algunos mineros más (cuyos nombres no detallamos por no echar más leña en el fuego de esta historia, que con la que ya tenemos no parece haber mala lumbre), escuchaban las noticias de El Sol de boca del ilustrado Efren Alonso, que historiador hubiera sido, y de los buenos, si a su padre, don Porfirio, no se lo hubieran comido ... (ver texto completo)
- ¡Joder, Haroldo!, ni que cantaras el Miserere en la catedral de Burgos.
El arriero Juan Villamanín llegaba desde Tierra de Campos, cruzando el puerto de San Isidro, con las alforjas de sus mulas repletas de cera, pan de trigo, pellejos de vino y cántaros de aguardiente. Por el Concejo lo iba repartiendo todo y volvia otra vez a Castilla con castañas, avellanas o nueces (segun la época) y con pieles de zorro y tejidos de lino.
El arriero Villamanín no soportaba que Haroldo le cantara las cuarenta, no por los puntos en sí, sino por lo de la baba del indolente, resbalándole por los pliegues del mentón, toda brillante y antitética (que aunque éste no es adjetivo propio para una baba aquí lo colocamos, pues para el arriero aquello no era una baba sino más bien una contradicción manifiesta).
En la Posada corría el vino y el ambiente se escalecía por momentos. El arriero Juan Villamanín había servido buen vino en su ultimo viaje.
Juan Damasceno salió de la Posada y se tropezo con la noche. Aún quedaba algun girón de niebla entre las piedras. Tomó, despacio, el Camino de la Fuente.
-Puede que tengas razón pues hay olores que tienen muy malas consecuencias.
Si hubiera una hora triste donde todos los hombres se hundieran en la melancolia, cualquier huracán o tormenta podría exterminarlos, como extermina el trueno, en un instante, la paz de los espacios. Pero la tristeza se va posando en cada uno, a cada instante, de manera irregular y caprichosa, y lo que podría ser fatídico genocidio se queda en letanía eterna de lluvia, Regina tristitiae, ora-pro-nobis, y primero les toca a unos, que se quedan flotando en el aire, mohínos o huecos (como los nidos de ... (ver texto completo)
Hola Rosas, bueno pues el lunes esta pasando, que es lo importante.
Tambien saludos para ti y que pases una feliz noche.
-Puede que tengas razón pues hay olores que tienen muy malas consecuencias.
-Es por culpa del sofocante olor a diluvio que trajo a esta región, hace miles de años, el docto varón Tubal, hijo de Iapher y nieto de Noé.
- ¿El sol? El sol ya hace mucho tiempo que no está, compañero. Lo ahuyentaron las minas por inútil y, desde entonces, lluvias y nublados planean sobre Peñafonte sin dejarnos tregua alguna.
-Y puede que también el sol.
-Se nos está escapando la luna.
Y estos son todos los que en Peñafonte andaban aquella noche bajo la tímida luz del cielo. Los demás permanecían en sus casas (respirando tedio, sustentando la monótona llama del hogar), o en las cuadras (terminando de apañar los animales, como el sindicalista Rufo Fernández, que pasaba la bruza por los lomos de su caballo Moro), o en la Posada de Maura, o en las tenadas (donde algunos que ya sabemos retozaban furtivamente sobre la hierba, por aquello de seguir ofreciéndole un sentido a la vida, ... (ver texto completo)