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Mensajes de PEDRO MARTINEZ (Granada) enviados por sensi:

La tontería se coloca siempre en primera fila para ser vista; la inteligencia detrás para ver.
Hay algo que Dios ha hecho mal. A todo le puso límites menos a la tontería.
Un tonto sabio es más tonto que un tonto ignorante.
Antonia buenas noches, feliz descanso. un abrazo.
La puerta mejor cerrada es aquella que puede dejarse abierta.
Cuando una puerta de felicidad se cierra, otra se abre, pero muchas veces miramos tanto tiempo la puerta cerrada que no vemos la que se ha abierto para nosotros.
El mundo está lleno de sufrimiento pero también de superación del mismo.
No hay rey que no haya tenido un esclavo entre sus antepasados, ni esclavo que no haya tenido un rey entre los suyos.
Buenas noches Antonia, que descanses. un abrazo.
Cambiar yo para que cambie el mundo

El sufí Bayazid dice acerca de sí mismo: De joven yo era un revolucionario y mi oración consistía en decir a Dios: “Señor, dame fuerzas para cambiar el mundo”.
A medida que fui haciéndome adulto y caí en la cuenta de que me había pasado media vida sin haber logrado cambiar a una sola alma, transformé mi oración y comencé a decir: “Señor, dame la gracia de transformar a cuantos entran en contacto conmigo. Aunque sólo sea a mi familia y a mis amigos. Con eso ... (ver texto completo)
La humildad no es ser pobre, es ser una persona honesta y sencilla, que no tenga amigos por dinero, sino por lo que es.
Me pregunto si las estrellas se iluminan con el fin de que algún día, cada uno pueda encontrar la suya.
No esperes a que todo sea perfecto. Empieza ahora y hazlo posible".
Buenas noches Antonia, que tengas bonitos sueños. un abrazo.
El maestro de Kenia que dona el 80 % de su salario fue nombrado el mejor del mundo y ganó US$1 millón de dólares.
En una escuela rural de Kenia enseña Peter Tabichi, un fraile franciscano y maestro de ciencias que se ha convertido en ejemplo mundial de generosidad. Sus alumnos vienen de familias muy humildes, muchos caminan kilómetros para llegar y carecen de internet o recursos básicos.
Para que ninguno abandone sus estudios, Tabichi dona el 80 % de su salario en uniformes, comida y materiales ... (ver texto completo)
Un libro, como un viaje, se comienza con inquietud y se termina con melancolía.
Un libro es un regalo estupendo, porque muchas personas sólo leen para no tener que pensar.
Nunca escribo mi nombre en los libros que compro hasta después de haberlos leído, porque sólo entonces puedo llamarlos míos.
Los libros no se han hecho para servir de adorno: sin embargo, nada hay que embellezca tanto como ellos en el interior del hogar.
Buenas noches Antonia. que descanses. un abrazo.
EL HOMBRE QUE VENDÍA ESPEJOS ROTOS

En una calle de adoquines sueltos en el barrio Palermo de Buenos Aires, justo al lado de un viejo kiosco cerrado, había un puesto pequeño cubierto con una lona gris. No vendía fruta, ni libros usados, ni artesanías. Vendía espejos. Pero no nuevos, ni brillantes. Espejos rotos.
El dueño se llamaba Fermín. Tenía la barba desordenada, los ojos tristes y una voz tan suave que parecía siempre pedir permiso al hablar. Nadie sabía muy bien su historia, pero corría ... (ver texto completo)
A veces donde menos buscamos es donde más encontramos y de quien menos esperamos es de quien más recibimos.
Los que se desaniman ante un fracaso es porque ya tienen todo lo que pueden.
No existe el fracaso, salvo cuando dejamos de esforzarnos.
El fracaso es una gran oportunidad para empezar otra vez con más inteligencia.
Antonia buenas noches y dulces sueños. un abrazo.
EL ZAPATERO QUE ESCUCHABA LOS PASOS

En un barrio antiguo de Valparaíso, donde las calles suben y bajan como si respiraran, existía un local diminuto, escondido entre una lavandería y una tienda de empanadas. El cartel, oxidado y torcido, decía: “Don Silvio — Reparación de Calzado”. Pero en el barrio todos lo conocían como “el zapatero que escuchaba”.
Don Silvio tenía 71 años, una barba blanca como espuma de mar y una manera de mirar que parecía atravesar el cuero de los zapatos hasta llegar a ... (ver texto completo)
El destino se lleva siempre su parte y no se retira hasta obtener lo que le corresponde
Pierde una hora por la mañana y la estarás buscando todo el día.
Los amigos se convierten con frecuencia en ladrones de nuestro tiempo.
El tiempo es el mejor autor: siempre encuentra un final perfecto.
Antonia, es hora de ir al mundo de los sueños que descanses, buenas noches. un abrazo.
LA MUJER QUE CALCULÓ EL UNIVERSO

Virginia, 1962.

En una oficina del Centro de Investigación Langley de la NASA, una mujer afroamericana resolvía a mano ecuaciones tan complejas que pocos podían seguirle el ritmo. No tenía computadora. No tenía reconocimiento. Pero tenía una mente tan precisa como un satélite.
Su nombre era Katherine Johnson.
Desde pequeña, Katherine amaba los números. A los 10 años ya estaba en secundaria. A los 18, se graduó con honores en matemáticas. Pero en un país segregado por el racismo y el machismo, sus oportunidades eran mínimas.
En los años 50, consiguió trabajo como “computadora humana” en la NASA (entonces NACA). Era parte de un equipo de mujeres negras relegadas a una oficina aparte, sin derecho a usar los mismos baños ni comedores que sus colegas blancos.
Pero Katherine no quería solo estar. Quería hacer historia.
Cuando Estados Unidos comenzó la carrera espacial, necesitaban calcular trayectorias orbitales con una precisión milimétrica. ¿La misión? Llevar al astronauta John Glenn al espacio… y traerlo de vuelta vivo.
Las máquinas IBM recién instaladas generaban desconfianza. Y Glenn dijo una frase que pasaría a la historia:
“Díganle a la chica que verifique los números.”
La chica… era Katherine.
Durante horas revisó todos los cálculos a mano. Su mente trazó la ruta que llevaría al primer estadounidense a orbitar la Tierra. Y lo logró.
Gracias a ella, John Glenn fue y volvió.
Gracias a ella, más tarde el Apolo 11 llegó a la Luna.
Durante décadas, su nombre fue ignorado. Pero nunca se quejó.
—Yo solo hacía mi trabajo —decía—. El espacio necesitaba matemáticas… y yo sabía contar.
En 2015, a los 97 años, fue condecorada con la Medalla Presidencial de la Libertad por Barack Obama. En 2016, su historia fue contada al mundo en la película Hidden Figures.
Murió en 2020, a los 101 años. Pero dejó algo más que números.
Dejó la prueba de que, incluso en la sombra, hay quienes sostienen el universo entero.
Frase final:
Mientras todos miraban a las estrellas… ella calculaba el camino desde el silenci ... (ver texto completo)
No dejes que los obstáculos te impidan avanzar. Supera cada desafío con determinación y confianza.
Cada día es una oportunidad para aprender algo nuevo y crecer como persona.
El mundo es un lugar hermoso lleno de oportunidades. Sal y descubre lo que te espera hoy
Cada amanecer es una señal de que puedes empezar el día de nuevo.
Buenos días foreros-as... ¡Feli Lunes!
Bendito sea nuestro deseo diario de ser siempre mejores que ayer y no mejores que nadie.
Daría todo lo que sé, por la mitad de lo que ignoro.
Los sabios son los que buscan la sabiduría; los necios piensan ya haberla encontrado.
Lo que sabemos es una gota de agua; lo que ignoramos es el océano.
Buenos días foreros-as... ¡Feliz domingo!
LA CARTERA ROJA

— ¿Tú has visto a una mujer con una cartera roja por aquí? —preguntó un adolescente jadeando, a punto de rendirse.
—Depende —respondió el viejo vendedor de periódicos—. ¿La estás buscando para devolverle algo… o para quitárselo?
— ¡Para devolvérselo, señor! Se la dejó en el banco del parque. ¡Tiene su documentación y mucho dinero!
El viejo lo miró con una mezcla de desconfianza y asombro.
— ¿Y qué edad tienes tú?
—Diecisiete.
— ¿Y en serio pensaste en devolverla?
El chico ... (ver texto completo)
Podemos tenerlo todo y llenarlo de nada o no tener nada y poder llenarlo de todo. Eso es lo que hace la diferencia en la vida.
Todas las personas mayores fueron al principio niños, aunque pocas de ellas lo recuerdan.
La guerra no es una aventura. La guerra es una enfermedad, como el tifus.
Si quieres comprender la palabra felicidad, tienes que entenderla como recompensa y no como fin.
EL ABRIGO QUE NUNCA SE VENDIÓ

La primera vez que Ayoub entró en aquella tienda de segunda mano, no buscaba nada en particular. Había llegado a Canadá hacía apenas seis semanas, y con el frío mordiendo los huesos, solo quería algo que abrigara más que su chaqueta de tela fina. Caminaba entre pasillos de ropa donada con pasos lentos, como si cada prenda le contara un secreto.
Fue entonces cuando lo vio.
Un abrigo largo, de lana gruesa, color gris oscuro, con botones pesados y bolsillos profundos. ... (ver texto completo)
Con buenas palabras se puede negociar, pero para engrandecerse se requieren buenas obras.