San Martín de Tours (sigloIV) causó impacto no sólo en
Francia, sino en toda la cristiandad. La anécdota de la capa, que partió en dos mitades para compartirla con un pobre aterido de frío, ha traspasado siglos y fronteras. Los reyes de Francia conservaron en
palacio, como reliquia preciadísima, la media capa que se quedó Martín. Al lugar donde la conservaban, le pusieron el nombre latino del objeto: "capella" (
capilla, diminutivo de capa, porque sólo era media). Al trasladar Carlomagno su corte
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