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UJUE: El Siglo futuro. 6/5/1904, n.º 8.814, página 2....

El Siglo futuro. 6/5/1904, n.º 8.814, página 2.

Acontecimiento religioso. Tradiciones españolas.

Desde Tafalla a Ujué —El Apostolado.

Cuando la mayor parte del vecindario de Tafalla se hallaba, en la noche del sábado, entregado al descanso, los individuos que componen la Hermandad del Apostolado se reunieron bajo las naves de la parroquia de Santa María, vestidos con su túnica con capillo, y con su bastón y farol en mano.
Al sonar las doce de la noche, previa una sencilla plática, salieron catorca hermanos, acompañados del presbítero D. Saturio Irazoqui con dirección al santuario de Nuestra Señora de UJUÉ
Durante el camino, según tradicional costumbre, no pueden decír palabra, y una vez llegados a la Basílica de Santa María la Real de Ujué, oyeron Misa, comulgaron y regresaron aTafalla en el mismo orden en que fueron, para las doce del día, deteniéndose cerca de la ermita de San José, donde el sacerdote que les acompañó les dirigió breves palabras, regresando A la parroquia donde queda finalizada la procesión.

LOS CRUCEROS

La ciudad de Tafalla, según antigua costumbre, visita a Nuestra Señora de Ujué, el primer domingo, siguiente a la festividad de San Marcos. A cosa de las tres y media de la mañana y en medio de un volteo de campanas, precedidos del Cabildo y Ayuntamiento partieron para Ujué, alrededor de seiscientos cruceros, vistiendo túnica y capillo llevando a hombros, algunos de ellos pesadas cruces, contándose entre éstos muchos chicos de doce años en adelante.
Allí se confundía el pobre con el rico, el joven con el anciano.
Se unieron a éstos inflnídad de entunicados de Pitillas y otros pueblos.
Al llegar a las puertas de la villa de San Martín de Unx se organizó la proceslón, pasando por una iglesia pequeña que está en la misma Carretera y continuando el camino hasta Ujué.
Una vez recorrido e! camino desde San Martín a la Cruz del Saludo que está a un kilómetro de la entrada a
Ujué, se organizó la procesión, en la que figuraban varios pendones, estandartes y Ia Cruz parroquial de Santa María de Tafalla. Al entrar en las calles, las Cruces parroquiales de Tafalla y Ujué se dieron el ósculo, y una vez todos en el templo se cantó un himno, retirándose después los peregrinos a descansar y así recobrar sus fuerzas tomando el desayuno.
A las diez dio principio la solemne función, celebrada por D. Ricardo Jíménez, párroco de Tafalla. El Ayuntamiento de dicha ciudad ocupaba al banco de la presidencia.
La música bajo la dirección de la hábil batuta del Maestro querido amigo el profesor Don Gabino Arrarás, interpretó una hermosa Misa de Iñlguez.

El sermón.
El encargado de explícar la divina palabra al insigne auditorio era el presbítero D. Fortunato Morras, coadjutor de la parroquia de San Agustín de esta ciudad. Con galanura de frase y elegante palabra, explicó en su exordio la fe que levanta el espíritu cristiano desde el polvo de la tierra hasta Ia altura de los cielos. Recordó que aquel templo ha escuchado las oraciones de nuestros mayores, y ante aquella hermosa imagen de María se han postrado como nosotros, reyes como Carlos II de Navarra, que humillaba su corona ante la Virgen, dejándole heredera de su corazón; magnates como D. Gonzalo Bustos, cuya estatua está arrodillada ante dicha imagen por haber hecho parte de su peregrinación de esta manera,
El predicador es el orador sutil, es el objeto de la solemnidad que le hace ocupar la cátedra, que es fiel a los deseos del Romano Pontífice y de nuestro Prelado.
Señala dos causas que el Romano Pontífice ha tenido en cuenta para mandar hacer estas solemnidades. Primero, el que todos los fieles del mundo honren a María Inmaculada al elaborar el 50 aniversario de su definición dogmática, y segundo, el de fortalecer el espíritu del pueblo cristiano y avivar su fe en estos tiempos.
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El orador termina con una súplica de tres petíciones en la primera pidió a la Virgen Santísima de Ujué que ninguno de los presentes pierda la fe; en la segunda, que acoja las peticiones de los romeros, y en especial las de los padres de familia por sus hijos, y en la tercera pidió para esta comarca de la ribera. el espíritu de caridad, amor y de unión, para que todos unidos, con el Papa y los Obispos sean fervorosos a la Iglesia.

(La Tradición Navarra)