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UJUE: DIARIO DE NAVARRA MARTES 6, DE MAYO DE 1975....

DIARIO DE NAVARRA MARTES 6, DE MAYO DE 1975.

Los Bandoleros y Ujué

Las continuas guerras, guerrillas, revoluciones, las rivalidades políticas, el machismo y la fanfarronería llenaron de cruces los caminos de los pueblos navarros durante el último tercio del siglo XIX. La navaja o el trabuco siempre estaban a punto. Así en S. Martín, en un año mataron a tres mozos, primos carnales entre sí.

También murió «Carnero", el mozo más pincho y fanfarrón del pueblo. Quiso reírse de un mocico y éste se vengó clavándole una navaja en el pecho, echando e correr hacia la taberna. Cuando ya le alcanzaba en la misma taberna, el mocico entró y cerró la puerta. La navaja al chocar con la puerta mató a Carnero. le pusieron una cruz en una piedra de la fachada de la casa de la Familia Ustárroz Moleres, que entonces era la taberna. Allí estuvo el Portal, donde se jugaba a pelota. Por eso cuando en el 900, los Jesuitas hicieron el frontón como premio a los mozos por la entrega de las armas que poseían, el frontón se llamó «el portal"

Los culpables de los crímenes o escapaban a Francia o se refugiaban en Ujué al amparo de su incomunicación y de su larga y atormentada sierra. Se dedicaban al bandolerismo. Dicen que uno de ellos era el sacristán. Cuentan que una noche dio el toque del Angelus y también dio el de la madrugada del día siguiente y que entre los dos toques estuvo en el Alto de Aibar asaltando a unos arrieros. Si fue verdad, es una hazaña increíble, porque la respetable distancia, por lo menos 50 kms. tuvo que hacerlos de noche y a campo traviesa. Hoy sería campeonísimo de cross, de fondo y velocidad.

Por todo ello, Ujué cobró mala fama.

El Gobernador Civil para acabar con este foco de violencia, destacó a ‘la guardia civil con amplios poderes. Y hoy uno, mañana dos, pronto volvió la paz a Ujué.

Por aquella época un hombre de Ujué llegó a S. Martín y un «catato» para tomarle el pelo le preguntó, como quien no quiere la cosa: ¿qué pasó ayer en Ujué?

El de Ujué vio la mala intención y con su deje peculiar contestó: «En Ujué, na"

El «catato" no se quedó satisfecho y prosiguió:. Pero si dicen que hubo dos o tres muertes. El ujetarra impasible asintió: «Ah. ya ¿y eso qué es pa’Ujé?»

El de S. Martín se calló como un muerto más, ante una respuesta tan contundente