En las
terrazas del Miño y en los
montes cercanos, se asentaron los primeros pobladores. Restos de cazadores recolectores ya se tienen documentado hace 3000 años antes de
Cristo, atraídos por la cantidad de materia prima para útiles (sílex) y abundante
caza.
Su nombre, según el prof. Guillermo Tejada, sería un hidrónimo prerromano con el significado de; "Our/Ur", "corriente de
agua o
río", más "enze/ense", "ancho"; es decir, (en el o junto al-) "río/
valle ancho" o "ancho del río/valle".
Con los suevos el núcleo poblacional se consolida, tanto que fue
residencia de reyes suevos como el rey Mirón. Sitúa aquí la leyenda, la
conversión de estos al cristianismo. Sea como fuere, la presencia del
obispo comienza a hacerse patente.
Se produce un vacío tras las incursiones árabes y normandas del siglo X y XI, tras el cual, se inicia una lenta recuperación. En el 1084, el obispo Ederonio restaura la
Catedral sobre las
ruinas de la
antigua, aunque poco tiempo ejerció su labor, pues en 1188, ya se consagra la nueva. Doña Teresa de
Portugal concede la jurisdicción de la
ciudad al obispo y a sus sucesores en 1122, ostentándolo hasta 1628.
Paralelamente da sus primeros pasos el Concejo de
Orense, que desde su nacimiento tendrá constantes enfrentamientos con el obispo.
A partir de esta fecha pequeños eventos jalonan la vida cotidiana orensana. Don
Pedro Yáñez de Noboa destruye el
convento franciscano (1293-94), el duque de Lancaster se proclama rey de Castilla aquí, aunque el calor estival orensano diezmó sus tropas (1386); en 1471 don Rodrigo Alonso Pimentel, ataca la ciudad y destruye la
portada norte de la catedral.
Con los suevos el núcleo poblacional se consolida, tanto que fue residencia de reyes suevos como el rey Mirón. Sitúa aquí la leyenda, la conversión de estos al cristianismo. Sea como fuere, la presencia del obispo comienza a hacerse patente.
Se produce un vacío tras las incursiones árabes y normandas del siglo X y XI, tras el cual, se inicia una lenta recuperación. En el 1084, el obispo Ederonio restaura la Catedral sobre las ruinas de la antigua, aunque poco tiempo ejerció su labor, pues en 1188, ya se consagra la nueva. Doña Teresa de Portugal concede la jurisdicción de la ciudad al obispo y a sus sucesores en 1122, ostentándolo hasta 1628.
Paralelamente da sus primeros pasos el Concejo de Orense, que desde su nacimiento tendrá constantes enfrentamientos con el obispo.
A partir de esta fecha pequeños eventos jalonan la vida cotidiana orensana. Don Pedro Yáñez de Noboa destruye el convento franciscano (1293-94), el duque de Lancaster se proclama rey de Castilla aquí, aunque el calor estival orensano diezmó sus tropas (1386); en 1471 don Rodrigo Alonso Pimentel, ataca la ciudad y destruye la portada norte de la catedral.
En época moderna, Felipe el Hermoso y Juana la Loca preparan su entrevista con el rey Fernando el Católico.
Nace la primera
casa consistorial en el siglo XVI. Los jesuitas y dominicos rompen el monopolio que ejercían los franciscanos con su llegada en el siglo XVII.