Mas, sobre capeas.
Yo no he sido nunca aficionado a las capeas.- Yo, como todo
jóven que se precie en Segura, no me perdía, ni ninguna entrada y menos la capea; eso sí, ni tronera ni
plaza; lo mío era el trablao.- Uno año, ya mozalbete, llegaron las
vacas a la plaza, y con ellas, un "
toro"; no se cuantos kilos pesaría el animal, pero por lo que hizo al entrar en la plaza, mas bien parecá que venía de "relleno" que para otra cosa, por que nada más hizo entrar se echó, y de allí no se movió hasta
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