ORELLANA LA VIEJA: Hija pues no es tan largo como he escuchao por hay,,...

2º. Parte del Pregon

Guadalperales, Gargáligas, Zurbarán, Palazuelo…han sido sus principales destinos.
Pero el emigrante no olvidará jamás a su pueblo, sino que por llevarlo en su corazón lo hará tema de su conversación preferida, convirtiéndose así en su mejor exponente: en su inigualable e insustituible embajador.
Así, antes de que la TV española, mucho antes de que Antena-3, ó Tele-5…lanzasen a los cuatro vientos la noticia de que Orellana, su Pantano, era la primera bandera azul del país por la pureza de sus aguas y la limpieza de sus playas…, antes, mucho antes, cada orellanense de la emigración se lo había dicho a sus vecinos, se lo había hecho saber a sus compañeros de trabajo, y se lo había transmitido a sus amigos y a los amigos de éstos.
Por ser esto realidad comenzaron a visitar Orellana no pocos mallorquines. Empresarios, directores de hoteles, y ciudadanos de la más diversa índole vinieron a visitar Orellana, atraídos –como digo- por el buen decir de sus hijos. Y a bien que se iban admirados de esta tierra desconocida e ignorada hasta entonces para ellos y contentos por el trato de su gente; así como más que satisfechos por el buen sabor y regusto de nuestros productos naturales: nuestros aceites de oliva virgen, los embutidos más diversos de nuestras matanzas, principalmente la morcilla de lustre o el chorizo, sin hacer ascos del jamón serrano, así como de las migas si era invierno, o del gazpacho de ajo blanco si se trataba de la época del estío.
Y porque no os olvidabais del pueblo, por aquel entonces todos volvíais aquí a pasar el invierno. Desde primeros de octubre nuestras calles se iban llenando de coches aparcados en fila junto a las aceras, y más que las aguas del arroyo que en otros tiempos corrían torrencialmente por nuestras calles, se desbordaban ahora los saludos que pasaban de mano a mano o beso a beso, henchidos de afecto y cariño. Vuestras casas cerradas desde marzo, volvían a abrir sus puertas para llenarse de sol y recuerdos. Con vuestro regreso el pueblo entero (los bares, las calles, las plazas…) rebosaban alegría, y se volvían a cantar villancicos en la iglesia. Las Navidades, con vuestra presencia volvían a ser las Navidades de otros tiempos: fiestas de gozo, de alegría y de amor entrañable. Fiestas de familia y fiestas de reencuentros con el pueblo, con los amigos de antaño, con los compañeros…

¿No recordáis aquellas jornadas tan hermosas que celebrábamos con la presencia de nuestro querido y añorado obispo Santiago, y aquellas comidas en que combinábamos la caldereta extremeña con el tumbé o el frito mallorquín? Por lo demás, diciembre llegó a ser el mes en que más bodas se celebraban y también el mayor número de bautizos.
En verano, al albur de la feria, de esta feria de agosto, o de la fiestas del Smo. Xto. en septiembre, sólo podían venir los que trabajaban en la construcción u otros oficios similares ajenos a la hostelería. Y, naturalmente, los que habían emigrado a Madrid o a otras partes de la España Peninsular.

Y porque no os olvidabais de vuestro pueblo ni de vuestras casas, por aquel entonces Orellana conoció unos años de gran prosperidad. El primer dinero ahorrado se gastaba en la rehabilitación de vuestras casas, multiplicándose las obras por doquier. En todas las calles había tres o cuatro obras empezadas. Los bancos (rádares del dinero, agujeros negros del poder económico), se multiplicaron en nuestro pueblo extendiendo, hasta Mallorca, sus tentáculos de pulpo Paul. Junto a la Banca Pueyo y Caja de Ahorros de Badajoz (que llegó a tener –me comentó un consejero- mil millones de pasivo sólo de la emigración mallorquina) se instalaron sucursales de la Caja de Ahorros de Plasencia, luego de Extremadura, Banesto y Bamco de Bilbao.
¡Cómo disfrutaba yo viendo que familias muy pobres (perdonad que por citar a alguna –y lo hago con el mayor cariño y respeto- me acuerde por ejemplo de Santiago Morales, casado con Francisca “ La Crucera ”), cómo –digo- regresaban con un aire nuevo, dejando atrás tantos años de penuria, en los que sacar adelante a sus hijos (eran una familia numerosa), con la pesca del pantano, alguna caza furtiva y lo poco que daba el campo a los pobres, era una verdadera proeza.
Pero la emigración no sólo aportó bienestar y ahorro, sino promoción humana, cultural y social. Muchos de vosotros pasasteis de obreros a empresarios, y no pocos, a puestos de responsabilidad en la red hotelera, debido a vuestro tesón y esfuerzo, que os llevó al dominio del inglés, alemán, francés, holandés…u otros idiomas europeos. Una vez más disteis muestras de vuestro tesón y capacidad constatada. O a puestos de responsabilidad política, como la concejalía de deportes de Felanitx que ocupó en un primer tiempo Juan Ruiz, y regida posteriormente en varias legislaturas por Felipe Martín Otero-concejalía de deportes, ferias y mercados- (hoy, por cierto, son cuatro los orellanenses que ostentan el cargo de concejales en ese ayuntamiento; además del citado Felipe, también Angélica Pastor, Pedro Acosta Durán y Mercedes Garrido) o la Consejería de turismo, dirigida en su día por Encarna Sánchez. Y es que los emigrantes orellanenses se hicieron oír en Mallorca, a través de la fundación de la Casa de Extremadura, cuya dirección regentaron los paisanos anteriormente citados, Felipe y Encarna, que lograron recabar la presencia del entonces nuestro alcalde D. Antonio Cabanillas o de otros altos cargos de la administración autónoma de nuestra región de Extremadura. Con mi humilde presencia y después la del obispo Santiago quise llevaros el recuerdo y el afecto del pueblo entero que sentía vuestra ausencia y defender vuestros derechos. Derecho a nuestra lengua, a un trato respetuoso y humano, a un salario equitativo y justo, y a ser, en fin, ciudadanos de primera categoría como los naturales de allí.
Es el mismo derecho que reivindico para los muchos inmigrantes que llenan hoy nuestras ciudades y pueblos.
También yo, como emigrante en Don Benito, y viajero por otros muchos lugares, me siento ufano de mi pantano y canto y ensalzo la belleza de nuestro pueblo. Del Pantano me gusta decir que es uno de los lagos más bellos de España, el más bello para mí. Igualmente ensalzo la belleza de nuestra Sierra o la sobriedad señorial del Sevellar así como las lomas juguetonas que forman nuestra dehesa, con su caza menor y sus esparraguerras que en otro tiempo aportaban comida a la mesa de los pobres, al igual que la riqueza piscícola del río, con sus bogas, cachuelos, pardillas, carpas y barbos, especies muchas desaparecidas por la voracidad del lucio o del balc-blac. O les hablo del viejo convento de San Benito, hoy, con tanto gusto restaurado por la mancomunidad de Lacimurga que presidía nuestro anterior alcalde D. Antonio Cabanillas (“Cabanas” para los amigos), o de las piedras del vetusto Palacio, símbolos ambos con la Parroquia que hablan de las más profundas raíces de nuestra historia y exponentes de su rica realidad.
O les hablo de que aquí hubo personas destacadas por su saber o su entrega, como Esteban Sánchez, pianista de fama mundial, gran intelectual y hombre de corazón sencillo; así como el escritor Severo Ramos, insuficientemente conocido. O un cantaor de elevada calidad, Pepe Nieto, Pepe el Cantaor, ganador de la lámpara minera, en varias de ediciones
Les hablo de que pueden, para conocer mejor el folklore o la cocina orellanense, adquirir los libros que en su día, tras largo esfuerzo de investigación, publicaron Pepita y Martín, sobre esta temática cultural, y que luego Siberia Extremeña expandió y dio a conocer por toda la geografía nacional y más allá de nuestras fronteras.
Que pueden leer un periódico digital muy interesante, punta en tecnología, iniciativa y obra de José Antonio Ramos: orellanadigital. com
Y que en esa misma línea de la cultura, junto al Colegio Público Santo Domingo o el Instituto de Bachillerato “Pedro Alfonso de Orellana”, tenemos una Universidad Popular que es fuente de intercambio cultural y promoción humana: cultura del pueblo. Junto a ella, a su sombra, destacan las asociaciones que conforman el entramado social de vuestra vida diaria: asociación de mujeres de Orellana, de mujeres progresistas, de Teatro, de Kárate, amén de otras asociaciones deportivas de la más diversa índole.
O conocer nuestras cooperativas, como la de agricultores o la del pan (de la que recuerdo las muchas desazones y descalientos que en su día nos dio).
O si quieren, que se pueden sumar a Cáritas para participar en ella, o si lo prefieren, asomarse siquiera a su ventana para admirar y aplaudir la solidaridad de todo un pueblo volcado en proyectos con los pobres de otros hemisferios.
Sois todo esto y muchos más, todos los que desde aquí o desde fuera, desde el estudio o el trabajo, desde la escuela o el campo, la oficina, el taller o el andamio, desde el ayuntamiento o la iglesia.., seguís, con vuestro esfuerzo, escribiendo páginas brillantes para la historia y el devenir de Orellana.
Hoy hacemos un alto en el camino para la fiesta. Lo merece el deber cumplido y el reencuentro del amigo.
Un alto en el trabajo para festejar la vida, para brindar por la paz y el compañero de camino. Para sonreír, para reír y cantar. Para la música y el baile. Para brindar por la vida que queremos disfrutar y hacer grata para todos.
Hoy hacemos un alto en el camino para brindar por todos, ¡por todos vosotros!, por nuestro pueblo!

Hija pues no es tan largo como he escuchao por hay,, pues hay opiniones para todos los gustos y es normal, todos no podemos ver las cosas igual pero de cuarenta minutos nada, yo he tardao como mucho diez minutillos en leerlo supongo que alli igual se tardo algo mas,, pero bueno somos asi la polemica sienpre tiene que estar serbida.