LA LETRA CON SANGRE ENTRA.
Puesto que la función del maestro se basa en el principio de autoridad, en la escuela los castigos estaban a la orden del día y, según quien los aplicara, podían ser en verdad crueles y humillantes para el alumno. Cualquier falta o incumplimiento de la norma, por leve que fuera, era merecedora de una reprimenda o un penalización. Los castigos más habituales eran colocar al alumno en un rincón, de cara a la pared, con pesadas pilas de libros en las manos y orejas de burro; ... (ver texto completo)
Puesto que la función del maestro se basa en el principio de autoridad, en la escuela los castigos estaban a la orden del día y, según quien los aplicara, podían ser en verdad crueles y humillantes para el alumno. Cualquier falta o incumplimiento de la norma, por leve que fuera, era merecedora de una reprimenda o un penalización. Los castigos más habituales eran colocar al alumno en un rincón, de cara a la pared, con pesadas pilas de libros en las manos y orejas de burro; ... (ver texto completo)