10–. Felipe V de Borbón, cuando tiene que decidir el destino del Tribunal de la Aguas de Valencia, se encuentra con algo que desconoce y no sabe como interpretar. El Tribunal valenciano para él es un compendio de vulgaridad labradora que políticamente es imposible de manipular y legislativamente difícil de emular. Quienes viven su credo no lo escriben, siendo ciega su fe en él, como máxima su eficiencia. Dado que quienes viven tal cosa, toda su energía siempre la dedicaron a producir y nunca a ... (ver texto completo)