A una mujer de
Torrejon de Velasco:
En tus ojos descansaron mis sentidos,
En tus labios mis recuerdos,
En tus manos mi inocencia,
En tu vientre mis garras;
Dulce y amarga mi vida.
Criatura de mil cabellos y mil lagrimas,
Especie única, belleza estravagante
Sobre los helados rasgos de mi rostro,
El desencanto de verte marchar
Cierro la
puerta, clausuro mi sonrisa
Con las manos armadas y el corazón debil.
Solo pienso en verte regresar a esta tú humilde morada que es mi corazón.
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