UN DÍA ME DIJO DON LUIS ROSALES,
Aquel poeta granadino, amigo íntimo de Federico García Lorca, que un buen día conocí en mi TAXI, me cito en su domicilio, para regalarme unos 35, libros, la mayoría de poesía, y casi todos editados, en España, por Cultura Ibérica. En mi conversación con este hombre, surgieron varios temas, uno de ellos fue, no escribas nada si no te pide el cerebro escribir, no te obligues a tocar temas que no te agraden, y se tú mismo, aunque te cueste perder amistades. Este hombre lleno de verdades, con sus gafas de cristales de aumento, me hicieron pensar en todo aquel repertorio, en el cual, me comentó, La poesía no da dinero, si quieres ganar dinero busca otros caminos, la poesía es solo una forma de decir lo que piensas con palabras rimadas. Creo que no se equivocaba en nada, para mí siempre fue un referente, El día que falleció, en la Clínica de Puerta de Hierro, no podía faltar a su despedida, tuve que llegar allí y entrar en los velatorios, eran tres difuntos en aquel lugar sombrío, Enseguida le reconocí, y delante de su presencia se me vinieron a la memoria todas aquellas palabras que el me dijo en aquella biblioteca suya de la calle Altamirano, Arguelles. Donde comprendí que ser poeta es no buscar fortuna, si no sentirte tu mismo sin complejos, Le di las gracias por tan buena lección aprendida. Hay momentos en la vida que se te quedan grabados para siempre, ese fue uno de ellos, otro momento fue aquel domingo por la mañana que el Profesor Don Enrique Tierno Galván, inauguro la estatua al poeta Miguel Hernández Gilabert, en el Parque del Oeste Madrid. Son momentos que agradeces el estar allí y poder aprender esa lección de humanidad que la llevaras siempre encima. Y pasaras de criticas y formatos que no te dirán nada, Solamente se quedaran las buenas palabras que quisiste tener en tu mente para toda la vida. Agradecido a estas dos personas que me enseñaron a ser humilde, sin buscar fortuna ni soñar con falsas promesas. G X Cantalapiedra. Madrid a 9 – de febrero del 2024.
Aquel poeta granadino, amigo íntimo de Federico García Lorca, que un buen día conocí en mi TAXI, me cito en su domicilio, para regalarme unos 35, libros, la mayoría de poesía, y casi todos editados, en España, por Cultura Ibérica. En mi conversación con este hombre, surgieron varios temas, uno de ellos fue, no escribas nada si no te pide el cerebro escribir, no te obligues a tocar temas que no te agraden, y se tú mismo, aunque te cueste perder amistades. Este hombre lleno de verdades, con sus gafas de cristales de aumento, me hicieron pensar en todo aquel repertorio, en el cual, me comentó, La poesía no da dinero, si quieres ganar dinero busca otros caminos, la poesía es solo una forma de decir lo que piensas con palabras rimadas. Creo que no se equivocaba en nada, para mí siempre fue un referente, El día que falleció, en la Clínica de Puerta de Hierro, no podía faltar a su despedida, tuve que llegar allí y entrar en los velatorios, eran tres difuntos en aquel lugar sombrío, Enseguida le reconocí, y delante de su presencia se me vinieron a la memoria todas aquellas palabras que el me dijo en aquella biblioteca suya de la calle Altamirano, Arguelles. Donde comprendí que ser poeta es no buscar fortuna, si no sentirte tu mismo sin complejos, Le di las gracias por tan buena lección aprendida. Hay momentos en la vida que se te quedan grabados para siempre, ese fue uno de ellos, otro momento fue aquel domingo por la mañana que el Profesor Don Enrique Tierno Galván, inauguro la estatua al poeta Miguel Hernández Gilabert, en el Parque del Oeste Madrid. Son momentos que agradeces el estar allí y poder aprender esa lección de humanidad que la llevaras siempre encima. Y pasaras de criticas y formatos que no te dirán nada, Solamente se quedaran las buenas palabras que quisiste tener en tu mente para toda la vida. Agradecido a estas dos personas que me enseñaron a ser humilde, sin buscar fortuna ni soñar con falsas promesas. G X Cantalapiedra. Madrid a 9 – de febrero del 2024.