Compramos energía a futuro



Niña menudos” “ ¡Niña menudos!”
Gritaba en las encrucijadas de aquel barrio marginal, sin calles, sin luces, sin ilusión. “Menudos” suena bien. Decir Patas, rabo, pito, cagalón careta u ojos (Se vendían por quilos) parece más de “escombrerería” que de “carníssería”. Palabras de los vernáculos.
Algunos días, salen buenos, el sol seca la “Boira” el techo de cartón cuero no condensa el rocío, el suelo de tierra en aquel humedal, se seca y el barro de las callejas también. Entonces, las humildes ... (ver texto completo)
Amigos del foro de Tiana: Tenfo muchas historias para contaros del seminario y varios temas. Pero no veo movimiento en vuestro foro. Bastará que alguien se manifieste, diciendo que lee lo que os escribo, para que yo siga mandando. Un afectuoso saludo De Justo Panduro.
hola amigos de badalona. soy elena tengo 46 años y vivo en ripollet. me gustaria tener hacer amigos en badalona. mi email es elenavm-42@hotmail. com
Hola amigo.... como siempre agradecido por las fotos y comentarios que envías. Hame llegar por el e-mails los correos electrónicos de los compañeros de la promoción mía (si los tienes). Racibe un abrazo.
Jesús Valbuena P.
Gracias Miguel por enseñarme lo que se ve por el agujerito.

Saludos
Desearia tener contacto con hombre o mujer que se apelliden, DURAN OLLERO.
Gracias, de un Asturiano.
Gracias, desde Premia de Dalt, se vé Premia muy bien.
¬ ¡Ah! ¡Sí! – Revuelve Fermina: ¿Es por lo de primos hermanos? - ¿Es por eso? Y, ¿Justito no lo es? ¿Quiero decir: ¿No es tu primo hermano? Consuelito enrojece hasta la raíz de la verruga. Tiene que de nuevo recurrir a taparse el indiscreto lunarcito, mientras conviene:
¬También, tía. También. Pero Justito es más o menos de mi edad; quizá sea por eso que me parece que lo quiero un poco más.
Sigue hablando atropelladamente, con el pañuelo en la boca, intentando ahogar el pez en su propia agua. ... (ver texto completo)
Niña menudos” “ ¡Niña menudos!”
Gritaba en las encrucijadas de aquel barrio marginal, sin calles, sin luces, sin ilusión. “Menudos” suena bien. Decir Patas, rabo, pito, cagalón careta u ojos (Se vendían por quilos) parece más de “escombrerería” que de “carníssería”. Palabras de los vernáculos.
Algunos días, salen buenos, el sol seca la “Boira” el techo de cartón cuero no condensa el rocío, el suelo de tierra en aquel humedal, se seca y el barro de las callejas también. Entonces, las humildes ... (ver texto completo)
¬Tú no te preocupes, jovencito – le tranquiliza Mn. Damián – Si el P. Jiménez no consigue colocarte en ese seminario al que tanto deseas ir, yo te llevaré a otros. Déjalo en las manos del Señor. No hagas como Moisés, que dudó de la promesa de Yahvé, y no pudo entrar en la tierra prometida. Si Él quiere, Él proveerá.
VI. -. Antonio y Retino en la Barraca.
Amanece en Casa Antúnez. El sol se asoma al horizonte en la raya del mar, enfrente del basurero de las “Carretadas” La belleza de los amaneceres, ... (ver texto completo)
Niña menudos” “ ¡Niña menudos!”
Gritaba en las encrucijadas de aquel barrio marginal, sin calles, sin luces, sin ilusión. “Menudos” suena bien. Decir Patas, rabo, pito, cagalón careta u ojos (Se vendían por quilos) parece más de “escombrerería” que de “carníssería”. Palabras de los vernáculos.
Algunos días, salen buenos, el sol seca la “Boira” el techo de cartón cuero no condensa el rocío, el suelo de tierra en aquel humedal, se seca y el barro de las callejas también. Entonces, las humildes ... (ver texto completo)
Pero esta noche, esa ahogada queja, se metió en el sueño de Justito, que tintes tenía de pesadilla, más que de sueño. En su mal dormir, Justo refleja todos sus feos pensamientos que a pesar de sus esfuerzos, se le han infiltrado en el fluir de su inmediatez con las primas, y ahora le parecen un doble pecado mortal. Tanto por ser el un futuro cura, como por ser ella prima hermana, que es lo más cercano a hermana. Siendo como eran los padres primos segundos, también por parte de Fermina, tanto Justo, ... (ver texto completo)
Segunda Época C. 6 la Barraca.
También es mala suerte que a las primas hermanas de Justo, las colocase la tía Fermina, precisamente encima del camastro de Justo. Cierto es que existe en la barraca una habitacioncita, muy exigua, que sirve de laboratorio fotográfico a Domingo el hermano de Justo: Pero de momento la ocupan Marina y su marido Pepe que están en instancia de partida para Lyón en Francia. Así que hasta que se precise lo de ir interno a estudiar del futuro seminarista, tiene que dormir ... (ver texto completo)
que interesante es el foro! ya que nadie a escrito desde enero y al parecer nadie le interesan los asuntos del cementerio. Es sorprendente.
Capítulo 10 Historias de los seminaristas en el Seminario Menor:
Entre la clase de tercero y la de bachiller, en el primer piso, dando al claustro, hay un local - no se le puede dar nombre de clase - muy estrecho: Tiene unos cinco metros de largo por apenas uno treinta de ancho. Indagando, Justo no llega a averiguar para qué servía aquel local en los tiempos que era cartuja u hospital, el imponente edificio de la Conrería. O quizá, cuando transformaron todo el primer piso para hacer aulas, existía ... (ver texto completo)
para todos los que le interese, hace unas semanas nos robaron. Si nos robaron a todos. porque fue en el cementerio. a mi personalmente me quitaron los jarrones, la balconera y el marmol lo rompieron un poco. son unos individuos sin conciencia, PERO EL QUE COMPRE LO ROBADO MAS AUN.
I.- De Antonio Panduro y sus hijas en casa de su hermano Manuel.

¬ ¿Lo ves? ¿Lo ves Manolo? Se lamentaba Fermina, que desde el marco de la puerta de la cocina, saca la cabeza y mira en dirección de la mesa camilla, donde trona el Señor Manuel.
¬ ¿Quéee? Le pregunta su marido, sacándose un auricular de la oreja, con los que escucha el parte en la radio galena.
¬Pues lo que te dije: Que tu hermanito “iba de paso” y ya los tenemos aquí, instalados a los tres.
¬Pero, pero ¿Qué puedo yo, hacer? ... (ver texto completo)
A Justo siempre le ha gustado poseer cosas. Es su manera de afirmarse entre los suyos, que tantos son, sin necesidad de tener en cuenta a todos los allegados y ajenos que se les arriman. No es que tenga nada de gran valor, pero lo poco que posee, lo defiende a uña y diente de sus hermanos y de los que se le pongan por delante con la idea de quitárselo.

-- ¿Justito? ¿Me darás el portalibros y el plumier cuando te vayas al seminario? Le ha preguntado Domingo.
“—Justo: ¿Esas agujas que tienes escondidas ... (ver texto completo)
Otra de las manías de Justo, de antes y de después del seminario, son las piedras: Los chinos le llaman en Cataluña. De todos los rincones de la geografía a la piel de toro, la más seca reseca es sin duda Badajoz. Por lo menos Alconchel. Por allí, con las piedras redondas, los cantos rodados, empiedran las calles, pero a pesar de haber tantas, les faltan para empedrarlas todas.

Cuando Justo llega a Casa Antúnez y ve el mar, no se le ocurre decir como al francés: ¡Qué d’eau! ¡Qué d’eau!
Él ... (ver texto completo)