Por desgracia no te va a escuchar nadie. Yo sufrí las obras de la Ctra. De Barcelona (la Nacional II). Era zona de auténtico riesgo para los peatones. Circular con un carrito de niño era una aventura, pero lo que más me dejó marcado fue la caída de morros que sufrió el vendedor de números de la ONCE con su silla de ruedas, cuando intentaba moverse en aquel amasijo de tablas, vayas, etc.
Lo único que nos queda es esperar que acabe todo para, al menos, disfrutarlo después.
¿Y por qué tanta obras? ... (ver texto completo)
Lo único que nos queda es esperar que acabe todo para, al menos, disfrutarlo después.
¿Y por qué tanta obras? ... (ver texto completo)