GORRIONCILLO.-Era habitual que los
veranos, en la niñez, les ocuparamos los chicos con
juegos y criando gorriones comunes que se habían caído de los
nidos. Cosa frecuente. Los estudios y la ausencia del
pueblo se llevó ese bagaje. Y se olvidó. Pero héte aquí que, hoy mismo domingo, por la mañana, es mi
costumbre dar un
paseo. Para que el ejercicio fuése completo me acerqué a una zona empinada donde se aupan
edificios nuevos y en la cima se llega a los aledaños de la autovía que va para
Madrid y también
... (ver texto completo)