AQUEL PASTOR CASTELLANO
Con sus ovejas merinas y sus alforjas al hombro, aquel pastor castellano que su oficio le sentía, aquel hombre tan humano por sus ovejas moría. Trasnochaba en el verano y buscó la luz del día, era hermoso su rebaño repleto de fantasía. Caminaba por rastrojos, mientras la lluvia venía, tuvo molestos sus ojos sin pensar en la agonía. Por el Camino del Puerto iba pastando un buen día, siempre viviendo el acierto de su buena sintonía. Sus ovejas vegetando rumiaban con alegría, ... (ver texto completo)
Con sus ovejas merinas y sus alforjas al hombro, aquel pastor castellano que su oficio le sentía, aquel hombre tan humano por sus ovejas moría. Trasnochaba en el verano y buscó la luz del día, era hermoso su rebaño repleto de fantasía. Caminaba por rastrojos, mientras la lluvia venía, tuvo molestos sus ojos sin pensar en la agonía. Por el Camino del Puerto iba pastando un buen día, siempre viviendo el acierto de su buena sintonía. Sus ovejas vegetando rumiaban con alegría, ... (ver texto completo)