Hace quince o veinte años, un día escuché una frase a un
amigo "De ahí, que el sarmiento sea tan bueno, para asar a la brasa, cuando subimos a las
bodegas".
Continuó diciendo. Siempre queda algún resto, un poquillo más gordo que con su humo transmite al asado a la brasa un sabor inconfundible.
Nunca me había dado cuenta, de aquello que de forma casi rutinaria hemos hecho todos Sanromaniegos.
Pasados años, sobre todo, desde 1.998 hacia acá, que ha habido esa movida tan intensa hacia cultivos
... (ver texto completo)