Gracias Mirta por el interés que muestras por las historias de Casasola. Si, mi padre era un gran amante del
campo, al que estuvo ligado toda su vida, trabajando duro. Después cuando se jubiló mantuvo sus "
paseos" por el. En esos recorridos con su
bicicleta intento que espacios y cunetas vacíos, secos y sin cultivos se poblaran con
almendros que el plantaba y regaba como hace el "jardinero" mas aplicado: primero tomaba las
almendras y las germinaba en los semilleros en el
patio de
casa, los preparaba
para plantarlos en las cunetas del
camino, en las faldas de la cuesta o en la misma parcela de la
Ermita. Diariamente acudía a regarlos, llevando el
agua en botellas colgadas del manillar de la bicicleta. Si, cuando
paseo por el camino de la Cascajera esos almendros, que ahora dan
frutos para todo el que quiera cogerlos, me recuerdan a mi padre y su afan por cuidar la
naturaleza, por dejar una brizna de verde en estos páramos en los que puedes hacer muchos kilómetros sin toparte con un
arbol.