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LA SECA: ERAN SESENTA DIAS DE VERANO...

ERAN SESENTA DIAS DE VERANO
No hace muchos años que los trabajadores del campo o sea la agricultura, se contrataban para sesenta días de trabajo en verano, Estos días empezaban según viniese el verano de adelantado, pero sobre mediados de junio empezaban esos sesenta días, eran jornadas desde que salía el Sol o quizá antes, hasta que se ocultaba detrás del horizonte ese Sol que en esa época quemaba, solamente se descansaba un rato a medio día, ya que estar trabajando con el Sol calentado a tope era de morirse de calor, No existían domingos festivos, todas la personas trabajaban a tope en esas fechas, entonces la agricultura no estaba mecanizada, Solamente se hacía festivo el día de Santiago, y el 18, de julio, era obligatorio no poder trabajar, y no eran fiestas que contasen para los sesenta días, el sueño a veces era grande, y el descanso apenas existía a fondo, el contrato era verbal, y las familias iban cobrando parte de ese dinero con el paso de los días, las economías no andaban floridas para poder aguantar ese tiempo sin dinero, Los segadores que acudían a Tierra Blanda, o digamos Tierras de Medina, los contratos verbales eran por hectáreas segadas, obradas o fanegas, y cuando antes terminaran de segar mejor para ellos, incluso oí contar que algunas veces dormían en los campos donde estaban segando, las mudas de la ropa había un señor apodado el “Aguador” que las transportaba, en un carro de varas con un burro, recorriendo todos esos pueblos de esa comarca cerealista, y a la vez llevando el dinero a las esposas o madres que quedaban en su Villa lasecana, Eran veranos de trabajo duro, de comer la mayoría de los días el cocido con su tocino y poco más, el queso solía ser de las ovejas de algunos patronos que tenían sus rebaños, esos pueblos fueron Lomoviejo, Fuentelsol, Onquilana, Ataquines, Muriel de Zapardiel, San Pablo, Gomeznarro. Ramiro. No sé si me dejó algún pueblo olvidado, nunca pise en esos pueblos, solo los vi desde la carretera de La Coruña, ahora autovía. Más conocí a muchas personas que sí estuvieron allí segando, incluso existían cuadrillas de segadores que venían desde Galicia, y que Rosalía de Castro les dedico sus palabras, “Galleguiños galleguiños, que vais a Castilla blancos o volveréis muy negrillos”. G X Cantalapiedra. 13 – 6 – 2025.