SORIA: AQUELLOS HUNGAROS POR LOS CAMINOS...

AQUELLOS HUNGAROS POR LOS CAMINOS
Eran años con pocas diversiones, sobre todo en los lugares apartados de las localidades grandes, Aquellos húngaros con su oso que paseaban por media España, y bailaba al son de un tambor y una trompeta. Mientras las mujeres con faldas hasta los pies pasaban su pandereta o cazo, para lograr las monedas que les dejaban vivir diariamente, Eran animales que dormían en el suelo, casi siempre sobre paja o hierba seca, con su cadena al cuello de hierro, y sujetos a las ruedas del carromato, lugar donde dormían y vivían durante las horas que tenían libres. Su forma de vida era de trashumantes, cada dos días cambiaban de pueblo, las gentes comentaban que eran gitanos húngaros, mi edad entonces no distinguía demasiado, solo se que el olor que soltaban era de personas que no tenían acceso a una higiene normal. Aunque la diversión era segura, ya que al ver al oso bailar sentías una alegría incomparable, fui testigo de este hecho dos veces en mi niñez, algunas veces me he preguntado, si años después estos mismos personajes, se dejaban caer por esos pueblos de la Castilla Mesetaria para echar en las plazas de los pueblos el cine mudo. Ya que mucha personas comentaban que eran gitanos húngaros. Nunca más pude ver al oso, en mi tierra castellana, y si pude ver varias veces el cine mudo, que era acompañado por voces en micrófonos, y me parecía fenomenal aquel invento tan ruidoso, La vida tiene estos cambios en poco tiempo, hoy los niños les parecería esto un cuento medieval, que se evaporo entre el calor del verano sofocante. Más fue una realidad que las personas mayores de localidades no muy pequeñas conocimos aquellos años de la posguerra. G X Cantalapiedra.