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SORIA: Hace 57 años bombardeaban Plaza de Mayo dejando más...

Argentina, el país con mayor nivel de igualdad
La distribución del ingreso se ubicó en el primer trimestre del año en 0,397 puntos, según el Coeficiente de Gini que se utiliza mundialmente para medir el reparto de la riqueza de un país.

trabajo. Anterior1/1. Siguiente... Fotos.. Además, se puso a tiro de la mejor marca histórica registrada por el país que según la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), fue en octubre de 1974, durante la tercera presidencia de Juan Domingo Perón, cuando se alcanzó un coeficiente de 0,35.

Luego, la feroz dictadura militar se ocupó de iniciar la senda más desigual para la sociedad argentina, profundizada por los gobiernos democráticos que la sucedieron en 1983 y por lo siguientes 20 años.

El nivel alcanzado en el primer trimestre de este año es muy inferior al 0,53 de finales de 2003, cuando el ex presidente Néstor Kirchner comenzaba a forjar el camino de la recuperación del país.

El coeficiente de Gini mide la condición de un país y la ubica entre 0 y 1, siendo 0 el nivel de mayor igualdad y 1 el de mayor desigualdad.

En el ranking actual que encabeza Argentina, el segundo lugar lo ocupa Venezuela, con 0,40; y después le siguen Uruguay, con 0,42; Colombia, con 0,45; Paraguay y México, con 0,49; Brasil, 0,52; Chile, 0,56; y Bolivia, 0,72.

Cabe destacar que Brasil se encuentra casi como Argentina hace nueve años atrás, lo mismo que Chile, donde su proceso económico no alcanzó a reducir la brecha entre ricos y pobres que se mantuvo igual en los últimos 25 años, según reconoció el gobierno de Sebastián Piñera.

Argentina terminó el primer trimestre en 0,397 puntos, por debajo de la marca de 0,399 del mismo periodo de 2011.

En el primer trimestre de este año, la economía en su conjunto creció 5,2% respecto a enero-marzo de 2011, al tiempo que la desocupación bajó al 7,1% desde el 7,4% de igual período anterior.

En este marco, el 10 por ciento de los hogares más rico del país concentró el 28,3% de los ingresos (28,5 % en enero-marzo del 2011), mientras que el 10 por ciento más pobre, se quedó con el 1,9% del total, al igual que la marca anterior.

En la medición por hogares, el 70% del total percibe ingresos de hasta 7.220 pesos.

Fuente: Telam
27 de Junio de 2012

Apuntes para un hipotético Manual de Gorilismo
Por Mempo Giardinelli
Dicho sea con perdón de los gorilas africanos, que son simpáticos, encantadores a veces, y no merecen que así se designe despectivamente a otras especies, es sabido que en la política argentina decirle “gorila” a alguien implica el señalamiento de cualidades que se suponen negativas. El así designado suele ser persona de clase media o alta, ultraconservadora, retardataria y temerosa de todo posible cambio, que aprueba los autoritarismos cuando le conviene y, sobre todo, visceralmente antiperonista.
No importa si su origen ideológico son las dizque derechas o izquierdas, o el siempre improbable centro. Lo que interesa, para esta modesta reflexión, es que el gorilismo describe una actitud argentina perfectamente identificable, que reaparece de manera circunstancial y que, en los últimos tiempos, aflora mediante alianzas inesperadas, asombrosas y que podrían ser divertidas si no fuera que son también peligrosas.
Identificar el gorilismo es fácil, ya que sus manifestaciones son el desprecio racista, el resentimiento de clase, un irreductible comportamiento necio, una decidida e indisimulable intolerancia y una ignorancia pertinaz (salvo en sus núcleos intelectuales, minoritarios, donde hay notables gorilas letrados).
El gorilismo hace que algunas personas tanto aplaudan a quien los manipula, utiliza y arruina, como insultan a los que tienen al menos la voluntad y el deseo de generalizar una vida mejor para la especie. Por ejemplo, el gorilismo dice compartir la idea de que la educación es el camino idóneo para el mejoramiento de los pueblos, pero consiente el cierre de escuelas y el maltrato a la docencia, y ni se diga de sus programas educativos, generalmente retrógrados. Desde luego les encanta la austeridad, pero de los otros. El gorilismo sabe y reconoce y admira que en los países del Primer Mundo se paguen impuestos, pero no quieren pagarlos aquí, y se autoconvencen con la fácil excusa de que “lo que pasa es que acá se roban la plata para hacer caja”.
Al gorilismo lo constituyen miles de personas de bien, quede claro. Suelen ser buenas personas, simpáticas, amistosas, que gustan del asado y el buen vino como cualquiera, pero tienen la curiosa peculiaridad de que cuando mejor les va en materia de trabajo y bienestar, es cuando más se quejan. Y por rarísima e inexplicable razón, no soportan que los que están más abajo en la escala social quieran ascender socialmente mediante trabajo y esfuerzo, de igual modo que la inclusión social les parece apenas demagogia.

Hace 57 años bombardeaban Plaza de Mayo dejando más de 300 muertos y 700 heridos
Aviones piloteados por marinos sublevados contra el presidente Juan Domingo Perón, se abalanzaron a las 13.40 sobre la Casa Rosada, la Plaza, la CGT, y la residencia presidencial.

Militares remueven los escombros frente a la Casa Rosada en busca de cuerpos de las víctimas de los bombardeos.

Buenos Aires.- Cualquier investigador que pretenda desentrañar los orígenes de la violencia política que sacudió a la Argentina en las décadas del 60 y el 70, deberá detenerse ineludiblemente en aquel sombrío 16 de junio de 1955, cuando la aviación naval tuvo su bautismo de fuego al descargar diez toneladas de explosivos sobre la Plaza de Mayo, lo cual provocó una masacre con más de 300 muertos y 700 heridos.

Con la insignia de Cristo Vence pintada en sus alas (una cruz montada sobre una V), 34 aviones piloteadas por marinos se abalanzaron a partir de la 13.40 sobre la Casa Rosada, la Plaza de Mayo -donde debía realizarse un acto convocado por el gobierno- la CGT, y la residencia presidencial.
Con una saña que los porteños no conocieron ni en el bombardeo de naves realistas en 1811, ni mucho menos en las dos invasiones inglesas, los marinos sublevados contra Perón bombardearon y ametrallaron a cuanta persona transitaba a pie o en transportes públicos por los alrededores de la Plaza de Mayo.

Grupos de trabajadores convocados por la CGT se parapetaron detrás de las columnas de la Recoba de Paseo Colón y dispararon con revólveres de bajo calibre contra los aviones, en defensa del gobierno que les había devuelto la dignidad. En el otro bando, pelotones de comandos civiles alimentados por el odio de clase, debieron esperar para ver concretados sus deseos golpistas.
Naves de la armada debían converger hacia el puerto de Buenos Aires y tropas de infantería de marina debían asaltar la Casa Rosada, pero el ataque aéreo se demoró por una espesa neblina y provocó la descoordinación del movimiento golpista. Al fracasar la intentona, los pilotos navales aterrizaron en Montevideo y pidieron asilo.

Algunos de los alzados contra el orden constitucional señalaron tiempo después que el objetivo era matar al presidente Juan Domingo Perón y otros dijeron que sólo trataban de derrocarlo.
Sea como fuere, el bombardeo indiscriminado sobre una población civil indefensa, produjo una masacre sólo comparable a la matanza registrada durante la Guerra Civil española en la villa vasca de Guernica. Pero con una gran diferencia: los vascos fueron atacados por aviones alemanes e italianos, mientas que los civiles porteños fueron asesinados por pilotos argentinos, en una acción que aún sigue impune, al haber rechazado la justicia, la calificación de delito de lesa humanidad.

La mayoría de las investigaciones posteriores indican que en el bombardeo a la Plaza de Mayo murieron más de 300 personas, mientras que las cifras más serias sobre Guernica estiman que cayeron entre 150 y 300.
La masacre vasca fue inmortalizada por el pintor Pablo Picasso y constituye una denuncia mundial permanente contra la brutalidad del fascismo, pero el 16 de junio de 1955 sólo es recordado en la Argentina por peronistas.

Sectores presuntamente democráticos se niegan todavía hoy a condenar aquella masacre. Sin embargo, está claro que esa jornada incubó “ el huevo de la serpiente”, como tituló el genial director de cine sueco, Ingmar Bergman, a la película en la que describió los prolegómenos del advenimiento del nazismo. A través de la delgada piel del huevo, ya se veía el reptil.
Tras el bombardeo, quedaron restos humanos esparcidos en las calles, cuerpos mutilados, hierros retorcidos, escombros y el horror de una violencia inusitada que indicaba que el odio había quebrado mínimos códigos humanos.

Pese a que fueron reparadas, todavía hoy se aprecian las marcas de las metrallas sobre el granito que reviste las paredes del Palacio de Hacienda.
Los chicos de entonces, los “únicos privilegiados” del primer peronismo, presenciaron desde las azoteas de los barrios los vuelos rasantes de los aviones. Quedarían en sus retinas escenas de guerra que ya no pertenecían solo al cine y muchos serían la “ juventud maravillosa” de los 70 y luego los “ imberbes”.

Cuando el ataque cesó, el gobierno intentó evitar por todos los medios cualquier represalia, pese a que grupos peronistas incendiaron iglesias. Con escasas y leves condenas a sus cabecillas, los golpistas se reorganizaron para dar el zarpazo definitivo.
Tres meses después, el 16 de setiembre de 1955, Juan Domingo Perón fue derrocado y se abrió un período de 18 años de proscripción durante el que los peronistas no podían participar de elecciones, cantar su marcha, ni mostrar sus símbolos.

Las acciones de la resistencia peronista fueron reiteradamente explicadas como una respuesta a aquella sangrienta jornada acallada por la historiografía gorila.
Y la guerrilla peronista también tomó al bombardeo sobre la Plaza de Mayo como un punto de partida para su discurso legitimador. La saña de aquel acto sólo fue superada 21 años después por otra dictadura militar. (Télam)
Sábado, 16 de junio de 2012 09:36 | Informacion General
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Hola Tere, Como Estás? Espero que siempre bién, PERO MUY BIEN...... He visto un mensaje de lo que sucedió el 16 de Junio de 1955., Yo Tenía 11 años, Lo que te cuentan es la cruél realidad. Y fuè para aquellos tiempos, una matanza atroz, ni siquiera comparable en proporción a lo que pasa hoy en Siria, cosa que nos parece hoy una cosa casi normal. y pasa en cualquier parte del mundo. Pero lo del 16 de Junio del 1955, fuí la masacre de un pueblo idealista que adoraba a su conductor, que revindicó cosas ... (ver texto completo)


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