"A mí no me gusta hablar a tontas y a locas"
La frase -con evidente doble sentido- es del Nobel de Literatura, Jacinto Benavente. Y fue su respuesta a la invitación que le cursó el Lyceum Club Femenino para que fuese a dar allí una conferencia. Para entender mejor el verdadero alcance de la anécdota, vamos a ponerla en contexto.
La Residencia de Señoritas, fue el primer centro oficial universitario para mujeres en España. Su principal objetivo era el fomento de la educación universitaria para la mujer:
"Esta institución vinculada a la Residencia de Estudiantes y creada por la Junta para Ampliación de Estudios que presidía Ramón y Cajal, (heredera en gran medida de la Institución Libre de Enseñanza) comenzó su andadura en octubre de 1915 bajo la dirección de María de Maeztu Whitney. Su directora continuó con el espíritu de la Residencia de Estudiantes y aplicó sus conocimientos pedagógicos a una institución de carácter laico, que supuso un gran apoyo a la formación universitaria femenina en nuestro país, en un momento de la historia en el que el acceso de las mujeres a la educación superior dejaba de ser algo anecdótico y se convertía en un hecho clave de apertura del horizonte educativo femenino".
De aquel colectivo surgió en 1926 el Lyceum Club Femenino: un club con objetivos políticos, como la promoción de la lucha por los derechos de la mujer y su defensa, pero que también tenía unos claros objetivos culturales: "su biblioteca fue dirigida por María Lejárraga (quien siempre propugnó, sin éxito, un enfoque más social de las actividades, que se plantearan para preparar culturalmente a las jóvenes trabajadoras)".
La frase -con evidente doble sentido- es del Nobel de Literatura, Jacinto Benavente. Y fue su respuesta a la invitación que le cursó el Lyceum Club Femenino para que fuese a dar allí una conferencia. Para entender mejor el verdadero alcance de la anécdota, vamos a ponerla en contexto.
La Residencia de Señoritas, fue el primer centro oficial universitario para mujeres en España. Su principal objetivo era el fomento de la educación universitaria para la mujer:
"Esta institución vinculada a la Residencia de Estudiantes y creada por la Junta para Ampliación de Estudios que presidía Ramón y Cajal, (heredera en gran medida de la Institución Libre de Enseñanza) comenzó su andadura en octubre de 1915 bajo la dirección de María de Maeztu Whitney. Su directora continuó con el espíritu de la Residencia de Estudiantes y aplicó sus conocimientos pedagógicos a una institución de carácter laico, que supuso un gran apoyo a la formación universitaria femenina en nuestro país, en un momento de la historia en el que el acceso de las mujeres a la educación superior dejaba de ser algo anecdótico y se convertía en un hecho clave de apertura del horizonte educativo femenino".
De aquel colectivo surgió en 1926 el Lyceum Club Femenino: un club con objetivos políticos, como la promoción de la lucha por los derechos de la mujer y su defensa, pero que también tenía unos claros objetivos culturales: "su biblioteca fue dirigida por María Lejárraga (quien siempre propugnó, sin éxito, un enfoque más social de las actividades, que se plantearan para preparar culturalmente a las jóvenes trabajadoras)".