HALLOWEEN
Me dicen que anoche, en la ciudad donde vivo, y es más que probable que también en otras a lo largo y ancho de esta España nuestra, había mucha gente disfrazada por la calle; de diablos, de brujas, de duendecillos, de esqueletos vivientes, de fantasmas -no va con segundas, que conste- de asesinados redivivos, con su sangre y todo, de espíritus malignos y un largo etcétera. Incluso, me dicen, que algunos habían anticipado el carnaval disfrazados de lo más variopinto, como uno que iba disfrazado de patata frita de McDonals. Halloween era. Pues muy bien. Si el personal se divierte, no vamos a estropear la fiesta los demás. Con su calabaza se lo coman.
Ahora bien, me pregunto si los susodichos habrán caído en la cuenta -no creo, ni que se lo planteen- en la fuerza con que cala todo lo que nos llega vía EEUU, a poco que su potente poder publicitario se despliegue más allá de sus fronteras. Creo que la fiesta de Halloween, el 31 de octubre, víspera de hoy, Día de todos los Santos, no comenzó a celebrarse en nuestro país hasta que aparecieron por aquí aquellos bodrios de películas de terror sobre el asunto hace unas décadas. Y es lo que lo que no consiga Hollywood... Basta con que de allí nos venga otro Orson Welles y nos reviva "La guerra de los mundos", para que a no más tardar, otra generación de españolitos y españolitas salgan a la calle disfrazados de marcianos o venusinos. O si no, al tiempo.
Me dicen que anoche, en la ciudad donde vivo, y es más que probable que también en otras a lo largo y ancho de esta España nuestra, había mucha gente disfrazada por la calle; de diablos, de brujas, de duendecillos, de esqueletos vivientes, de fantasmas -no va con segundas, que conste- de asesinados redivivos, con su sangre y todo, de espíritus malignos y un largo etcétera. Incluso, me dicen, que algunos habían anticipado el carnaval disfrazados de lo más variopinto, como uno que iba disfrazado de patata frita de McDonals. Halloween era. Pues muy bien. Si el personal se divierte, no vamos a estropear la fiesta los demás. Con su calabaza se lo coman.
Ahora bien, me pregunto si los susodichos habrán caído en la cuenta -no creo, ni que se lo planteen- en la fuerza con que cala todo lo que nos llega vía EEUU, a poco que su potente poder publicitario se despliegue más allá de sus fronteras. Creo que la fiesta de Halloween, el 31 de octubre, víspera de hoy, Día de todos los Santos, no comenzó a celebrarse en nuestro país hasta que aparecieron por aquí aquellos bodrios de películas de terror sobre el asunto hace unas décadas. Y es lo que lo que no consiga Hollywood... Basta con que de allí nos venga otro Orson Welles y nos reviva "La guerra de los mundos", para que a no más tardar, otra generación de españolitos y españolitas salgan a la calle disfrazados de marcianos o venusinos. O si no, al tiempo.