Valonsadero, SORIA
Delante de los corrales, en la pradera, aún se observan los tenderetes con los que las seis peñas de fiestas hacen su agosto, en el mes de junio, y que les ha de servir para sufragar los gastos de fiestas.
Poca Pena, Desbarajuste, Los que Faltaban, El Bullicio, La Ilusión y el Cuadro, son sus nombres.
Si se separa la verdad moral de las acciones humanas, falta la regla para juzgar tales acciones.
Chateaubriand
Miserable cosa es pensar ser maestro el que nunca fue discípulo.
Rojas
El Salón del Toro y los comentarios del abuelo tuvieron que influir a la fuerza en mi creciente interés por la figura de Antonio Ruiz, un celtíbero de pro, según supe, que había logrado no sólo reunir un importante puñado de obras y firmas de prestigio, sino que su ciudad se sintiera orgullosa de un arte que entronca en su más genuina tradición: el toro, nuestro dios sol, tótem, rito y mito desde la noche de los tiempos de un pueblo antiguo como el nuestro. Y desde la intuición y la sensibilidad,...
A pesar de Yolanda, bien poco sabíamos de la niñas; es de suponer que tampoco ellas sabrían mucho más de nosotros. Sí teníamos conocimiento de su existencia, pues quién más, quién menos, teníamos hermanas, o vecinas, o primas como el afortunado de Juanillo, que no todo el mundo podía presumir de una prima de Madrid, con los ojos verdeazulados y el pelo castaño, tirando a rubio. Las niñas iban a colegios sólo para niñas –algunos de monjas-, y los niños a colegios sólo para niños –algunos de frailes-;...
Poca Pena, Desbarajuste, Los que Faltaban, El Bullicio, La Ilusión y el Cuadro, son sus nombres.
Si se separa la verdad moral de las acciones humanas, falta la regla para juzgar tales acciones.
Chateaubriand
Miserable cosa es pensar ser maestro el que nunca fue discípulo.
Rojas
El Salón del Toro y los comentarios del abuelo tuvieron que influir a la fuerza en mi creciente interés por la figura de Antonio Ruiz, un celtíbero de pro, según supe, que había logrado no sólo reunir un importante puñado de obras y firmas de prestigio, sino que su ciudad se sintiera orgullosa de un arte que entronca en su más genuina tradición: el toro, nuestro dios sol, tótem, rito y mito desde la noche de los tiempos de un pueblo antiguo como el nuestro. Y desde la intuición y la sensibilidad,...
A pesar de Yolanda, bien poco sabíamos de la niñas; es de suponer que tampoco ellas sabrían mucho más de nosotros. Sí teníamos conocimiento de su existencia, pues quién más, quién menos, teníamos hermanas, o vecinas, o primas como el afortunado de Juanillo, que no todo el mundo podía presumir de una prima de Madrid, con los ojos verdeazulados y el pelo castaño, tirando a rubio. Las niñas iban a colegios sólo para niñas –algunos de monjas-, y los niños a colegios sólo para niños –algunos de frailes-;...