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DEZA: (Continúa)...

LO QUE SE HA ESCRITO, O SE ESCRIBE, DE DEZA

(Quien mal anda, mal acaba)

De la importancia que tenía la población morisca en esta zona limítrofe con Aragón, dos pueblos destacan: Deza y Arcos de Jalón, pueblos cercanos y muy relacionados entre la población morisca que conocía poco de fronteras y entre quienes había frecuentes vinculaciones matrimoniales. Entre los procesos que de la Inquisición de Cuenca manejó Mercedes garcía Arenal, se recogen estas palabras, sacadas de uno de ellos:
En el lugar de Deza la mayor parte son christianos nuevos de moros y en este Santo Oficio ha habido dellos presos y reconciliados que estaban moros antes.
Basándose en los datos de la investigación citada, de unos 340 procesos de moriscos que se conservan -el resto hasta 480, es decir unos 140, están incompletos o suspensos- sólo 15 aparecen con pena de relajación y de éstos 10 eran de Arcos de Jalón y Deza, lo que indica, entre otras cosas, su alta demografía dentro del ámbito de la Inquisición de Cuenca. Precisamente dos de ellos fueron relajados en estatua; uno murió en la cárcel (que tuvo que ser nuestro Román Ramírez), ya que el otro lo fue por haberse ahorcado en ella.
(Continúa)

(Continuación)

(...)
Pero hagamos un poco de historia. Deza, como ya vimos, era una villa de gran densidad morisca, conversa en gran parte, pero como ocurría también con gran parte de los judíos, sólo en apariencia. Vimos antes el caso del Alcalde arrepentido Gerónimo Gorgoz. Esta villa en el límite de Castilla y Aragón, pero de fronteras imprecisas en la sociología humana, siempre ha tenido un carácter especial, procedente de ser lugar fronterizo. No hay que olvidar las diferencias existentes entre los reinos de Castilla y Aragón, aunque los movimientos humanos suelen estar por encima de las fronteras políticas; no obstante, su densidad morisca le obligaba a estar más vinculada a las gentes de Aragón que a las de Castilla, aunque nuestro Román Ramírez solía tener clientes tanto en calatayud como en toda la provincia de Soria; a él no le afectaba la situación de sus correligionarios; pues los de Aragón estaban fuertemente apoyados por los feudos de señorío, lo que les hacía más autónomos que los de Castilla, y disfrutaban de ciertas libertades que, poco a poco, la Inquisición y Felipe II fueron restringiendo, contra el parecer de la poderosa nobleza aragonesa, que todo lo justificaba en su favor, amparándose en los Fueros, disensiones que culminarían a fines de siglo -1591- con el intrigante Antonio Pérez.

(Continúa)

Deza, que tenía orientada su vida seguramente hacia Aragón, al menos la población morisca, dado el carácter solidario de esta población, era evidente que tenía que involucrarse en los sucesos de los moriscos aragoneses, dado que su situación por clase y religión era similar, mientras que sus colegas de Castilla estaban más distantes y más dispersos. En las confesiones de los moriscos de Deza ante la Inquisición, siempre hablan de Aragón, de Valencia y aun de Barcelona, en sus actividades comerciales y vitales. De su importancia local lo corrobora el hecho de que contaban con un alfaquí, que tenían reuniones de rezos y lecturas coránicas en las afueras del pueblo, sin que nadie les molestase y, además, llevaban armas, a pesar de la prohibición de ello, por edicto de la Inquisición de Aragón de 5 de noviembre de 1559. Que no habían hecho mucho caso de ello lo demuestra el hecho de que, hacia la época de su expulsión, en 1608, unos vecinos cristianos del pueblo fueron a delatar a un comisario de la Inquisición, que había un vecino del pueblo que por las noches andaba al frente de una cuadrilla demoriscos armados de cuchillos y pistolas espiando a la población.
(Continúa)
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
(Continuación)

De la relación y solidaridad entre los moriscos hispanos tenemos abundantes muestras, pero una de las más evidentes es que recoge Cardaillac en un proceso de la Inquisición de Cuenca, en el que unos moriscos de Deza se preparaban para acudir en ayuda de sus correligionarios de Granada, cuando el levantamiento de las Alpujarras, y que fueron detenidos por la Inquisición pues "se atevían a yr a Granada en diez días, habiendo desde Deza a Granada más de ochenta leguas...".
Ya hemos ... (ver texto completo)