DEZA (Soria)

Puerta Cihuela
Foto enviada por el abuelo

Y esta debe ser la puerta Cihuela, evidentemente. Supongo que por allí estaría la casa paterna.
El prensado del orujo.

La prensa era una máquina muy rudimentaria que se basaba en el principio de la palanca. Ya lo decía el sabio griego Arquímedes: “Dadme un punto de apoyo y moveré la tierra”. Las palancas se clasifican de primer, segundo y tercer grado, según donde tengan su punto de apoyo y puede hacerse una fuerza enorme sobre lo que se pretenda trabajar, en nuestro caso, el orujo para que soltara el vino retenido. Y las prensas se probaron de todas las maneras que se puedan imaginar. Hubo ... (ver texto completo)
Los alambiques.

Deza está situada en la misma raya donde se acaban las viñas. Esto quiere decir que las viñas en este punto están expuestas a heladas prematuras y también tardías. Tanto las unas como las otras afectaban al fruto y a los brotes de las cepas. Las inclemencias del tiempo las podían pillar por delante o sea en primavera y por detrás, en otoño por lo cual estaban expuestas a constantes peligros que afectaban sobre todo a la cantidad y calidad del fruto. Por ésta causa y por referencias ... (ver texto completo)
La saca del vino.

Después de una larga espera que duraba unos cuarenta días, reunidos todos los participantes se procedería a la apertura de cofre que guardaba tan rico tesoro. El lagar, por la parte más baja iría soltando su chorro de líquido color de sangre y todos, uno detrás de otro irían probándolo y dando su opinión. Para algunos sería un poco dulce, para los otros parecería seco, para los demás ya estaba bien. Quizá haya salido un poco peleón; pero es que el año no fue bueno. Hay que conformarse ... (ver texto completo)
El prensado del orujo.

La prensa era una máquina muy rudimentaria que se basaba en el principio de la palanca. Ya lo decía el sabio griego Arquímedes: “Dadme un punto de apoyo y moveré la tierra”. Las palancas se clasifican de primer, segundo y tercer grado, según donde tengan su punto de apoyo y puede hacerse una fuerza enorme sobre lo que se pretenda trabajar, en nuestro caso, el orujo para que soltara el vino retenido. Y las prensas se probaron de todas las maneras que se puedan imaginar. Hubo prensas de las tres clases de palancas, según el lugar donde las hacían servir pues cada maestrillo tiene su librillo.
Después que se agotaba el vino en el lagar, se procedía a sacar el orujo con cestas y llevarlo con las mulas en serones, a la prensa. La prensa en Deza era propiedad de un particular que cobraba por su uso. En mis tiempos era del tio Valeriano, abuelo de los actuales carpinteros Gómez. La primera que conocí estaba compuesta por una base, con una canal lateral y un desagüe que iba a parar a una tina. En la base se iba almacenado el orujo al cual se rodeaba de una maroma muy gruesa a medida que iba subiendo la torre y apretándolo con los pies. Cuando alcanzaba la altura de un metro y medio, se ponía encima una tapa que serviría para empujar hacia abajo, obligada por la fuerza ejercida sobre la tuerca de un enorme tornillo de madera. Precisamente de madera de azarollo. Con estos artilugios se quedaba la mitad del vino en el orujo puesto que la presión ejercida prácticamente, era inapreciable. Quienes ganaban eran las fábricas de alcoholes a las que se vendería posteriormente el residuo que quedaba, por poco dinero.
Hay museos donde muestran al público enormes y complicadas prensas que en su día fueron la estrella del momento. Una muy buena está en Vilafranca del Penedés
Mas tarde, como todo evoluciona, vinieron otras prensas mucho más sencillas de manejar, también de tornillo mecanizado de acero y dejaron de funcionar las de soga. El rendimiento fue mucho mayor y el trabajo mucho menor. Hoy día las hay que podrían transformar todo el orujo de un lagar en poco más que en una caja de zapatos o como se dice ahora, en unas briquetas insignificantes. Prensas accionadas por una bomba hidráulica o mediante vapor seco que podrían alcanzar la presión de cincuenta mil toneladas por centímetro cuadrado.
Pero ya estamos; con el sistema antiguo el orujo tenía aceptación porque el que lo compraba extraía beneficios y ello daba para que los que habían trabajado en aquella faena pudiesen juntarse a celebrarlo con una o varias meriendas, en mismo lugar, sin poner una peseta. Algo era algo…Allí se comía y se bebía en camarería; qué más ibas a esperar de la vida.

Un abrazo. ... (ver texto completo)
La vendimia.

Los racimos de la vid ya lo hemos ido vigilando desde mediados de agosto y en septiembre ya nos hemos traído a casa algunos cestos de tan delicioso manjar que lo mismo sirve de postre, como de merienda, con un mendrugo de pan. Habremos podido escoger entre una cepa de moscatel y otra de cojón de gato, entre una garnacha o una de viuna y si te gusta el acidillo y quieres untar el pan, puedes coger también alguna de tinto o provechón; uvas blancas, rosadas y negras; con pepitas e incluso ... (ver texto completo)
La saca del vino.

Después de una larga espera que duraba unos cuarenta días, reunidos todos los participantes se procedería a la apertura de cofre que guardaba tan rico tesoro. El lagar, por la parte más baja iría soltando su chorro de líquido color de sangre y todos, uno detrás de otro irían probándolo y dando su opinión. Para algunos sería un poco dulce, para los otros parecería seco, para los demás ya estaba bien. Quizá haya salido un poco peleón; pero es que el año no fue bueno. Hay que conformarse ... (ver texto completo)
Las viñas.

En el tema de los guardas dijimos lo del envero. El envero no es otra cosa que el comienzo de la maduración de la uva. La uva que hasta entonces tenía un aspecto verdoso, comienza a cambiar de color y de buenas a primeras, ves que hay granos de color morado que poco a poco van pintando cada día mas. En Aragón hay un dicho muy popular que dice: “Que pa Santiago pintan las uvas y pa La Virgen ya están maduras.” En Deza van más tardías sin duda y hasta últimos de agosto no solía haber ... (ver texto completo)
La vendimia.

Los racimos de la vid ya lo hemos ido vigilando desde mediados de agosto y en septiembre ya nos hemos traído a casa algunos cestos de tan delicioso manjar que lo mismo sirve de postre, como de merienda, con un mendrugo de pan. Habremos podido escoger entre una cepa de moscatel y otra de cojón de gato, entre una garnacha o una de viuna y si te gusta el acidillo y quieres untar el pan, puedes coger también alguna de tinto o provechón; uvas blancas, rosadas y negras; con pepitas e incluso ... (ver texto completo)
Las viñas.

En el tema de los guardas dijimos lo del envero. El envero no es otra cosa que el comienzo de la maduración de la uva. La uva que hasta entonces tenía un aspecto verdoso, comienza a cambiar de color y de buenas a primeras, ves que hay granos de color morado que poco a poco van pintando cada día mas. En Aragón hay un dicho muy popular que dice: “Que pa Santiago pintan las uvas y pa La Virgen ya están maduras.” En Deza van más tardías sin duda y hasta últimos de agosto no solía haber ... (ver texto completo)